En la imagen un registro de la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka. EFE/Eduardo Muñoz Álvarez/Archivo

Naciones Unidas – Con gran presencia en el sector sanitario, con una precariedad laboral mayor que la de los hombres y dado que tradicionalmente se hacen cargo de la atención familiar, las mujeres se enfrentan a problemas específicos en la crisis del COVID-19 que requieren medidas de apoyo diferenciadas, según dice en entrevista con Efe la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka.

ONU Mujeres subraya que la pandemia va mucho más allá de una crisis sanitaria, pues está suponiendo un «shock» completo para sociedades y economías y dejando a la vista que éstas únicamente funcionan gracias al sobreesfuerzo de la mujer.

«Este es un momento para que los Gobiernos reconozcan tanto la enorme contribución que hacen las mujeres como la precariedad de muchas. Eso incluye prestar atención a sectores en los que las mujeres están sobrerepresentadas y mal pagadas, como las trabajadoras por horas, los pequeños negocios, la limpieza, el cuidado, las cajeras, la restauración y la economía informal», defiende la agencia encargada de promover la igualdad de género.

EN PRIMERA LÍNEA

«La responsabilidad de responder a esta pandemia está siendo liderada por mujeres», apunta Mlambo-Ngcuka, destacando que ellas son mayoría en la «primera línea» ante la enfermedad.

Según datos de la agencia que ella dirige, a nivel global las mujeres ocupan el 70 por ciento de los puestos en el ámbito sanitario y social. Enfermera o limpiadora son profesiones en las que la mujer es abrumadora mayoría y desde las que ahora se expone de forma muy obvia al coronavirus.

Muchas mujeres, además, lo hacen mientras siguen encargándose del grueso de las tareas domésticas y del cuidado de niños y ancianos, recuerda.

EN MODO MULTITAREA

Trabajando, según lo describe Mlambo-Ngcuka, en un modo «multitarea» al que muchas están acostumbradas y que ahora se ve agravado por el cierre de las escuelas decretado en muchos países.

El cuidado familiar, recuerda, recae ya en tiempos normales «de forma desproporcionada en las mujeres» y ahora lo complica la presencia de los niños en casa, que obliga a muchas a ejercer su trabajo habitual desde el hogar y, a la vez, ser maestras y cuidadoras.

Por ello, la jefa de la ONU Mujeres pide a los Gobiernos buscar formas para tratar de aliviar esta situación, ofreciendo sistemas de atención infantil o apoyo financiero para ello.

«Las mujeres no pueden hacerlo solas. La sociedad debe hacerlo», señala la que fuera vicepresidenta de Sudáfrica, que pide también impulsar el debate público sobre la importancia de que los hombres colaboren en el cuidado de los niños y comprendan la compleja situación a la que se enfrentan muchas mujeres tanto ahora como antes.

También defiende la necesidad de permisos para el cuidado de familiares para mujeres y para hombres, con el fin de que ellos también contribuyan en el hogar.

GOLPEADAS POR EL IMPACTO ECONÓMICO

El impacto económico del coronavirus golpea de manera especial a la mujer por el gran número de ellas que ocupan trabajos informales o muy precarios y por su gran participación en sectores gravemente afectados por las cuarentenas como el comercio o el turismo, avisa ONU Mujeres.

Preguntada por la mejor forma en la que los Gobiernos pueden ayudar a las mujeres, Mlambo-Ngcuka no lo duda: «Pagos directos».

Esa vía, explica, beneficiaría a las muchas mujeres que no tienen un empleo formal, a las pequeñas empresarias y permitiría dar apoyo, por ejemplo, a personas indocumentadas, que están especialmente amenazadas por la crisis económica.

Naciones Unidas ve clave también sentar bases que permitan que las mujeres salgan adelante en lo que «probablemente sea una economía diferente» tras la pandemia, en la que puede que sus puestos de trabajo hayan desaparecido por la quiebra de empresas o por las medidas tomadas para adaptarse a la actual situación.

ATRAPADAS CON SU MALTRATADOR

Otro problema específico para las mujeres en la actual coyuntura es el de la violencia doméstica, principalmente en aquellos países o ciudades en los que se han decretado medidas de confinamiento para tratar de frenar la expansión de la pandemia, lo que dispara el riesgo para las personas en relaciones abusivas.

«Están atrapadas con sus maltratadores», subraya Mlambo-Ngcuka, que considera necesario tomar medidas, poniendo a disposición de las víctimas líneas telefónicas de atención, llevando a cabo visitas de servicios sociales, ofreciendo acceso a albergues y asegurando que la policía es consciente de la situación y sabe cómo responder.

Según la directora ejecutiva de ONU Mujeres, algunos datos de cuerpos de seguridad y de redes ciudadanas que vigilan esta lacra sugieren ya un aumento de las agresiones en distintos lugares desde que comenzó el confinamiento.