Atlanta (GA) – Los «Cazadores de ICE» están listos para desplegarse por las calles de Atlanta (Georgia) cuando se produzca un operativo migratorio, luego de que el Gobierno del presidente Donald Trump anunciara el envío de agentes de élite de la Patrulla Fronteriza (CBP) para asistir con el arresto de indocumentados.
La iniciativa forma parte de la Alianza Latina pro Derechos Humanos de Georgia (GLAHR), y cuenta con unos 80 voluntarios cuya misión es evitar de manera pacífica las detenciones de los oficiales federales y documentar los operativos, explicó a Efe Kevin Joachín, organizador comunitario de la agrupación.
«En el momento en que se escale la situación en el área de Atlanta, estamos preparados para trabajar con varios voluntarios. En el pasado hemos trabajado con más de 13 grupos en un día en cinco diferentes condados y 14 ciudades en operativos que las comunidades reportaron», dijo el activista.
GLAHR estrenó los ‘ICE Chasers’, su «unidad de respuesta rápida», en junio del año pasado cuando el presidente Trump anunció redadas masivas para detener a inmigrantes indocumentados, una acción que generó pánico entre muchos en la comunidad hispana de todo el país.
«Nuestra meta cuando salimos con los grupos de respuesta rápida es documentar el arresto que está sucediendo y tratar de prevenirlo lo más que se pueda. Logramos eso informando a la comunidad sobre sus derechos constitucionales y explicándole qué son las órdenes judiciales y las órdenes administrativas», indicó Joachín.
Además, la misión de los ‘Cazadores’ es «llamar la atención» sobre las violaciones que, en su opinión, cometen agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en las comunidades latinas y con ello «cambiar la opinión pública sobre la agencia» federal, agregó.
El organizador de GLAHR dijo que todos los voluntarios deben ser ciudadanos estadounidenses, porque no quieren ponerlos en riesgo de que terminen acusados de algún delito serio como terrorismo, como ha ocurrido en el pasado, e insistió en que todas sus acciones son pacíficas.
Joachín dijo que todavía están planeando cómo actuar en diversas circunstancias y una de ellas es realizar algún tipo de acción para que los oficiales de ICE, apoyados o no por agentes de élite de CBP no puedan entrar a arrestar a los inmigrantes.
«Eso no significa que vamos a parar a los agentes de Inmigración, sino crear una barrera entre ellos» y los migrantes, explicó.
«Sin embargo, no somos violentos y no podemos usar la fuerza en nuestra acciones», insistió el activista de GLAHR, organización que cuenta con una línea telefónica (770-457-5232) para que los miembros de comunidad reporten cualquier acción de inmigración.
«Nos pueden llamar a cualquier hora del día si piensan que hay un operativo de ICE, pero le pedimos a la comunidad que es importante que verifiquen la fuente de información. Le pedimos que tomen una foto y que lo graben de alguna manera y nos lo manden para que nosotros podamos verificar», añadió Joachín.
Las unidades de ‘Cazadores de ICE’ están listas para salir a las calles todos los días a primeras horas de la mañana, que es cuando usualmente los oficiales migratorios están más activos, al menos en Georgia.
El Gobierno de Trump confirmó este mes que tiene previsto desplegar equipos tácticos de élite, entre ellos agentes especiales de la Patrulla Fronteriza, a ciudades que considera «santuario», aquellas donde las autoridades locales se niegan a cooperar con las autoridades federales para encontrar y deportar indocumentados.
Entre las localidades donde se dijo que se enviarían esos oficiales se encuentran Chicago, Nueva York, San Francisco, Los Ángeles, Houston, Boston, New Orleans, Detroit, Newark (New Jersey) y Atlanta.
La capital de Georgia oficialmente nunca se ha declarado «ciudad santuario», aunque la actual alcaldesa, la demócrata Keisha Lance Bottoms, se ha mostrado crítica con las acciones de ICE al sostener que no será «cómplice de las políticas de inmigración inhumanas del presidente Trump».
En septiembre de 2018, Bottoms firmó una orden ejecutiva para que la cárcel de la ciudad dejara de recibir detenidos de la agencia federal y siguió la línea de su antecesor, Kasim Reed, que declaró en 2013 la localidad como un sitio «amigable» hacia los inmigrantes.