Roma.- El Milan cayó 1-2 este domingo contra el Génova y el Sampdoria cogió aire con un triunfo 2-1 contra el Hellas Verona, en una vigésima sexta jornada de la Serie A que se jugó a puerta cerrada a causa de la emergencia por el coronavirus, que ya ha provocado 233 muertos y más de 5.000 contagiados.
En el medio de las polémicas entre la Federación de Fútbol italiana (FIGC) y el ministro del deporte, Vincenzo Spadafora, que pidió la «interrupción inmediata» del fútbol, la Liga de la Serie A recuperó los seis encuentros de la vigésima sexta jornada aplazados la semana pasada en unos estadios blindados y con particularísimas medidas de seguridad.
Unas medidas que en algunos casos se demostraron imposibles de respetar en un deporte como el fútbol. De acuerdo, con las recomendaciones del Gobierno, los jugadores saltaron al campo separados por un metro y no se estrecharon las manos antes de competir, aunque, obviamente, hubo contacto constante durante el duelo.
«Fue surrealista, pero esto es lo que hay. Somos profesionales y debemos seguir jugando, hasta que se pueda», reconoció Claudio Ranieri, técnico del Sampdoria, al acabar su compromiso ganado 2-1 contra el Verona en Génova.
«Es ridículo. Los jugadores deben saltar al campo separados y luego se abrazan y empujan durante los partidos», fue la reacción más instintiva del preparador del Verona, el croata Ivan Juric, al acabar el choque.
En este contexto, el Milan saltó al campo en San Siro contra el Génova con la posibilidad de alcanzar la sexta posición, pero se topó con un cuadro genovés bien organizado, sólido en defensa y contundente en la delantera.
Una gran jugada del paraguayo Antonio Sanabria, que superó al francés Theo Hernández y ofreció el balón del 1-0 al macedonio Goran Pandev, y un gol de Francesco Cassata al borde del descanso enviaron al Génova a los vestuarios con una valiosa ventaja de dos dianas.
La reacción del Milan fue liderada por el sueco Zlatan Ibrahimovic, quien recortó distancias en el 70 con su tercer gol del año en la Serie A italiana, a la que llegó en enero, pero no fue suficiente para salvar puntos.
Para el cuadro de Stefano Pioli fue el amargo cierre de una semana intensa, en la que fue destituido el jefe de fútbol, el croata Zvonimir Boban, por una fractura interna con el consejero delegado, el surafricano Ivan Gazidis.
Completamente distinto es el estado de ánimo del Génova, que con estos tres puntos salió de la zona de descenso tras superar al Lecce, doblegado la semana pasada por el Atalanta.
Fue un día positivo para los equipos genoveses, pues también el Sampdoria consiguió alejarse de la zona de descenso gracias a una remontada en casa ante el Hellas Verona, decidida por un doblete del veterano Fabio Quagliarella.
Los veroneses se fueron al descanso por delante 1-0 gracias a un gol de Mattia Zaccagni, pero tuvo un bajón en la reanudación que favoreció la remontada del Sampdoria del técnico Claudio Ranieri.
En el otro encuentro recuperado este domingo, el colista Spal de Ferrara interrumpió una racha negativa de cinco derrotas consecutivas al ganar 1-0 en el campo del Parma con un gol de penalti de Andrea Petagna.
Todo ello, a la espera del clásico entre el Juventus Turín y el Inter de Milán, segundo contra tercero, que se enfrentan a las 20.45 locales (19.45 GMT) en un Allianz Stadium a puerta cerrada para evitar el riesgo de ulteriores contagios.