Washington, (EEUU) – Él está considerado el mejor presidente que ha tenido Estados Unidos. Y ella, la Primera dama más admirada y defensora de los derechos civiles.
Él murió, en 1945, al lado del amor de su vida, que no era su esposa. Y ella estuvo enamorada, por casi 25 años, de una mujer periodista. Él sabía el secreto de su esposa. Y ella, el suyo.
Franklin D. Roosevelt (conocido por sus siglas FDR y el único presidente con cuatro mandatos consecutivos) ocultó estar enfermo de polio y de tener una relación amorosa, por más de 30 años, con quien era más que una amante: Lucy Mercer.
La última fotografía que le tomaron a FDR, EL 11 de abril de 1945. Al día siguiente murió. (Foto Nicholas Robbins). | Lucy Mercer, amiga íntima de FDR por casi 30 años. Estaba a su lado cuando murió el presidente en Warm Springs (Georgia). (Foto cortesía Biblioteca Presidencia FDR). |
Ella estaba con él cuándo murió, de una hemorragia cerebral, a los 63 años, el 12 de abril de 1945, en Warm Springs (Georgia), en la llamada “Pequeña Casa Blanca”, que he visitado en varias ocasiones.
Eleanor Roosevelt, frustrada por las infidelidades de su esposo, se enamoró profundamente de Lorena Hickok (“Hick”), abiertamente lesbiana, de la agencia de noticias “Associated Press” (AP).
Eleanor Roosevelt y Lorena Hickok en un concierto. No se escondían las dos amigas íntimas. (Archivo Bettmann).
Y eso en una época cuando el lesbianismo estaba visto como “inmoral y vergonzoso”.
Las evidencias de esa relación sentimental e íntima, acaban de hacerse públicas al darse a conocer el contenido de más de 3,000 cartas amorosas y apasionadas que se intercambiaron entre ellas.
El que esto escribe tiene la intención de tratar este tema de una forma respetuosa y ceñida solo a los hechos históricos comprobados. Nada de sensacionalismo.
He tenido en mis manos copias de 40 de esas cartas, cortesía de la Biblioteca Presidencial FDR, y muestran estas una relación amorosa, intensa, íntima y hasta sensual. La prensa norteamericana, casi de forma unánime, concluyó que estas reflejan una relación de lesbianismo. Yo tengo mis dudas.
Hay que responder a esta pregunta pertinente: ¿Estas infidelidades mutuas influyeron o marcaron las vidas de estas dos grandes personalidades políticas? La respuesta: si, y mucho.
Lorena era una brillante reportera de AP en Nueva York y conoció a fondo a Eleanor cuando fue asignada por su agencia a cubrir a la Primera dama, en el primer mandato presidencial de su esposo, (1933-1937).
La periodista era todo lo contrario de su futuro amor: era bajita, con sobre peso, fumadora de puros, decía palabrotas y de un origen familiar humilde. No como el de ella, de privilegios.
A los pocos meses, Lorena pudo llenar el vacío amoroso que sentía la Primera dama, se enamoraron y se hicieron inseparables.
El 5 de marzo de 1933, la Primera dama le escribía a mano a la periodista, y con el sello de la Casa Blanca en la página: (Extractos).
…. “.eres ya parte de mi vida ,que está vacía sin ti…i”..
—Al día siguiente, en francés:….. “…. “Je te aime et je te adore” . (“ te quiero y te adoro”).
Carta manuscrita,con el sello de la Casa Blanca, de Eleanor Roosevelt, a su amiga periodista Lorena Hickok. (Cortesía Biblioteca Presidencial FDR). | Carta manuscrita de Lorena Hickok a la Primera Dama. (Cortesía Biblioteca Presidencial FDR). |
Eleanor (el nombre es una variante en inglés de Eleonor) le pidió que se viniera a vivir a la Casa Blanca. Lorena renunció entonces a la AP para estar cerca de ella.
El presidente sabía lo que estaba pasando entre las dos, pero él también estaba en lo suyo: Lucy Mercer. A esta la metía, clandestinamente como la “Señora Johnson”, con la ayuda de su hija Ana, en la residencia presidencial cuando su esposa estaba fuera de Washington en sus largos viajes y a solas, con Lorena.
Y también cuando no estaba “Missy” LeHand, su secretaria privada y casi su “segunda esposa”.
Todos esos detalles están bien relatados e investigados en dos excelentes libros: “Eleanor and Hick”: The Love Affair That Shaped a First Lady”, de la escritora Susan Quinn. Y en el libro “Franklin and Lucy”, por Joseph E. Persico. Dos ”best sellers”.
Libro «Franklin and Lucy»,por Joseph E. Persico | Libro «Eleanor and Hick, The Love Affair That Shaped a Fist Lady», por Susan Quinn |
El 7 de Marzo 1933, Eleanor le escribe: “….OH, como quiero abrazarte….”).
El 27 de Noviembre, 1933: Sobre lo chismes sobre ellas: ““No me importa lo que digan…”.
.—-De Lorena a Eleonor, 5 Diciembre 1933: “…suspiro por mis labios en tu boca… “
Lorena enseño a la Primera dama a escribir mejor en sus libros, a ser más humana en sus frecuentes conferencias a mujeres, en sus charlas por radio, su columna de prensa diaria y a saber lidiar con los periodistas en sus ruedas de prensa semanales.
De Eleanor a Lorena: “ “Te extraño mucho.”
12 Febrero 1934 – De Eleonor a Lorena: “.te amo querida, intensa y tiernamente”).
Eleanor se convirtió en una gran estrella por su propia cuenta: una defensora de los derechos de las mujeres, denunció las desigualdades sociales y el racismo.
En 1947, a los 64 años, y cuando ya se había enfriado su relación con Lorena (quien ya vivía con otra mujer), Eleanor se enamoró locamente del médico suizo David Gurrewitsch, 19 años menor que ella. Pero él no la quería con la misma intensidad que ella a él. Con los años, se casó con otra.
Eleanor Roosevelt se enamoró Del médico suizo David Gurrewitsch. Ambos de visita en la India. (Cortesía Biblioteca Presidencial FDR).
Eleanor murió el 7 de noviembre de 1962, por complicaciones de una tuberculosis a la edad de 78 años. Lorena, el 1 de mayo de 1968 a los 75, por las de una diabetes.
Lorena Hickok | Lorena Hickok murió en 1968 a la edad de 75 años. En su lápìda se inscribió «Amiga de E.R.» |
Lorena donó a la Biblioteca Presidencial Franklin D. Roosevelt más de 3,000 cartas que se enviaron las dos, con la condición de que solo se hicieran públicas diez años después de su muerte. Ella quemó la mayoría de las suyas a Eleanor, aparentemente por ser “muy íntimas”.
Lucy murió tres años después de Franklin, en 1948, a la edad de 57 años de leucemia. El prestigioso historiador Arthur Schelesinger Jr, escribió de ella: Estados Unidos le debe una gratitud a quien ayudó a FDR a llevar sobre sus hombros el liderazgo durante la Segunda Guerra Mundial”.