Atlanta (GA) – El polémico convenio federal 287(g), que establece un acuerdo de colaboración entre agencias del orden locales y el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés), no solo ha causado terror entre los inmigrantes, sino también ha impactado la salud de sus hijos recién nacidos.
Así lo reveló una investigación de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, que se enfocó en el condado de Mecklenburg, donde se encuentra la ciudad de Charlotte, una de la primeras localidades del país en implementar el programa y que tuvo su auge a nivel nacional durante la presidencia de Donald Trump.
Christina Gibson Davis, profesora de políticas públicas en la Universidad de Duke y una de las autoras del estudio, explicó a Efe que se descubrió que existe una relación entre el 287(g) y la salud de los recién nacidos estadounidenses hijos de inmigrantes, tras analizar los datos de los certificados de nacimiento estatales entre 2004 y 2006.
En el análisis se compararon los resultados de los nacimientos antes y después de que el entonces alguacil de Mecklenburg, Jim Pendergraph, comenzara a implementar el programa en 2006 y también con la información de otros condados de Carolina del Norte que no suscribieron el acuerdo con ICE.
«Sabemos que la madres embarazadas y sus fetos son vulnerables al estrés y sabemos que el cuerpo de la madre responde fisiológicamente de una manera que puede ser dañina al bebé. También vemos que el programa 287(g) puede tener un efecto en la manera en que las madres interactúan, tal vez saliendo menos de casa por miedo a ICE. Pensamos que había relación de que podía tener un efecto dañino para ambos y eso fue lo que encontramos», dijo Gibson.
EFECTOS NOCIVOS
La investigadora de la Universidad de Duke reveló que uno de los efectos es que los bebés de madres inmigrantes en el condado de Mecklenburg comenzaron a pesar menos al nacer a raíz de que comenzó a implementarse el 287(g).
«Entre las madres extranjeras con bajo nivel educativo, encontramos que cuando se comenzó a implementar el programa hubo un incremento de bebés más pequeños y también vimos un descenso en el uso de servicios prenatales por parte de las madres», explicó la coautora del estudio.
El informe señala que, dado que los resultados de los nacimientos influyen en la salud, la educación y los ingresos, «nuestros hallazgos sugieren que el aumento en las actividades de ICE puede tener grandes costos socioeconómicos sobre los ciudadanos nacidos en Estados Unidos».
Según expertos pediatras, un bajo peso al nacer puede implicar riesgos que pueden ir desde una mayor probabilidad de padecer diabetes hasta problemas cardiacos o del desarrollo neurológico en el futuro.
EL AUGE DEL 287(G) CON TRUMP
Tras convertirse en un condado modelo para ICE, tras deportar a más de 15.000 inmigrantes indocumentados en un período de 12 años, Mecklenburg suspendió el controversial acuerdo en diciembre de 2018, luego de que el demócrata Garry McFadden ganara las elecciones para alguacil.
Sin embargo, en ese lapso, cuando Donald Trump era presidente, el número de localidades en el país que comenzaron a implementar el convenio federal se duplicó, hasta cerca de 150, y los investigadores y defensores de los inmigrantes temen que la situación de Mecklenburg se haya repetido en esos condados.
«Parte de la razón por la que pensamos que el estudio era relevante fue porque durante la administración de Trump los programas de 287(g) se dispararon», manifestó Gibson, que agregó que, aunque el estudio está enfocado en Mecklenburg, se puede deducir que probablemente esté ocurriendo en otros lados.
Especialmente, porque hay otras investigaciones que sugieren que la salud de los inmigrantes resulta afectada en comunidades hostiles hacia ellos.
Para Laura Garduño García, de la organización Siembra NC, en Carolina del Norte, las leyes y programas que «criminalizan» a los inmigrantes tienen implicaciones «no solo en la vida de las personas que están enjauladas, sino también en las familias que enfrentan este tipo de amenazas».
«Estos son daños a la vida de las personas, no nada más en la detención o durante el periodo de detención, son daños que se quedan por generaciones», declaró Garduño a Efe.
La organizadora de Siembra NC considera que este temor y preocupación de ser detenido por ICE se suma a otras condiciones que ya enfrentan los inmigrantes, como «condiciones de trabajo difíciles, situaciones económicas difíciles y situaciones de salud más adversas porque no reciben atención médica necesaria».