Atlanta (GA) – El Centro de Detención de Irwin, en el sur de Georgia, donde decenas de indocumentadas denunciaron haber sido sometidas a cirugías ginecológicas innecesarias, ya no alberga más mujeres en sus instalaciones, confirmaron este jueves las autoridades de inmigración.
Un portavoz del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) dijo a Efe que todas las indocumentadas que se encontraban en Irwin fueron liberadas, deportadas o trasladadas a otros centros de detención, luego del escándalo que se desató el año pasado por las acusaciones de más de 40 mujeres que alegan haber sufrido abusos médicos en esa prisión.
“¡Buenas noticias! Actualmente no hay mujeres detenidas en el Centro de Detención del condado de Irwin, la prisión del ICE donde las mujeres inmigrantes fueron sometidas a abusos médicos, incluidas esterilizaciones forzadas. Siguiente paso: ¡que cierren Irwin y liberen a todos!”, expresó por su parte la abogada Azadeh Shahshahani, directora legal de Project South, una de las organizaciones que destapó el escándalo.
Project South, Government Accountability Project y otros grupos presentaron en septiembre del año pasado una queja legal ante la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en la que expusieron las denuncias de las inmigrantes sobre un “patrón implacable de procedimientos médicos no consentidos, incluidas cirugías ginecológicas no deseadas y otras intervenciones médicas”.
Varias de las mujeres inmigrantes señalaron al ginecólogo del Centro de Detención de Irwin, Mahendra Amin, como responsable, y posteriormente presentaron una demanda colectiva contra el médico, cuyo abogado ha insistido en la inocencia de su cliente y rechazado todas las acusaciones en su contra.
La acción legal fue interpuesta en un tribunal de Georgia e incluye los testimonios de más de 40 inmigrantes que denunciaron la “negligencia, el abuso y las represalias” que -alegan- experimentaron mientras estaban bajo custodia del ICE en el centro de Irwin, en la remota localidad de Ocilla.
El escándalo en la prisión es investigado por ICE y otras entidades del Gobierno, así como también por el Congreso federal luego de que una delegación de la Cámara de Representantes visitara las instalaciones y denunciara la “horrible” situación en la que se encontraban las inmigrantes presas.