Ceuta (España) – Más de 200 inmigrantes marroquíes, incluidos menores, entraron este lunes de forma irregular en Ceuta, ciudad española en el norte de África, al bordear el espigón fronterizo con Marruecos o a nado, por lo que algunos tuvieron que ser socorridos en el mar por fuerzas de seguridad de España.
Fuentes policiales y de la Delegación del Gobierno español en Ceuta informaron a Efe que las entradas por distintos puntos fronterizos comenzaron de madrugada hora local.
Muchos entraron a pie bordeando los espigones, sin que fueran detenidos por la Gendarmería marroquí, de acuerdo con estas fuentes; otros a nado, aprovechando que la marea estaba baja; e incluso algunos en pequeñas embarcaciones de recreo, hasta llegar a playas de la ciudad.
La Guardia Civil española rescató varios de ellos, como una mujer y una niña de 10 años que estaban apunto de ahogarse cuando pretendían entrar a nado, mientras que Cruz Roja envió varias ambulancias para asistir a los recién llegados.
Una vez en suelo español, los inmigrantes fueron trasladados a una nave industrial de Ceuta, donde deberán guardar un confinamiento obligatorio por la covid-19, que vio prácticamente ocupada toda su capacidad para unas doscientas personas.
La Policía española está identificando a estos ciudadanos marroquíes y las autoridades notificaron la situación a los ministerios de Interior y Asuntos Exteriores para que se pueda devolver a Marruecos al menos a los mayores de edad, ya que los menores pueden ser tutelados por el Gobierno de la ciudad.
Esta entrada es la segunda más importante que se produce en Ceuta en menos de un mes, ya que el fin de semana del 25 y 26 de abril accedieron 149 inmigrantes marroquíes, entre ellos unos 40 menores.
Esa es una forma tradicional de entrar en España, sobre todo de jóvenes que se lanzan al agua cerca del paso fronterizo y consiguen bordear en poco tiempo la escasa distancia que separa las costas marroquíes de la ciudad española.
Fuentes locales en la localidad marroquí de Castillejos dijeron a Efe que hay «centenares» de personas que llegan durante todo el lunes a las cercanías de la frontera en previsión de poder pasar a Ceuta, y entre ellos se cuentan familias enteras y niños.»
Además, otras fuentes de defensores de los colectivos inmigrantes dijeron por su parte que es llamativa la ausencia de vigilancia en toda la costa entre Tánger y Ceuta, y si las pateras no están saliendo rumbo a la península, es solo por el estado de la mar, que hace que prefieran salir por Beliunes hacia Ceuta, bordeando el mar.
El año pasado llegaron a Ceuta de manera irregular 430 personas por vía marítima, frente a las 655 de un año antes, y por la frontera terrestre también bajaron las entradas hasta 340, un millar menos que en 2019.
La ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, aseguró que no le consta que lo sucedido en esta jornada pueda ser una medida de presión de Marruecos por la presencia en un hospital español del líder del Frente Polisario saharaui, Brahim Ghali.
El Gobierno marroquí ha calificado esta presencia de «acto contrario al espíritu de buena vecindad», mientras que el español mantiene que responde a razones humanitarias.