Washington – Decenas de ayunantes pusieron fin hoy miércoles a su privación en una iglesia, a pocas cuadras del Congreso de Estados Unidos, donde han reclamado una senda a la ciudadanía para los trabajadores esenciales y 11 millones de inmigrantes indocumentados.
«¡Necesitamos un camino hacia la ciudadanía hoy», indicó un cartel de los organizadores del «Ayuno para la libertad» iniciado el 9 de junio en la Iglesia Luterana de la Reformación, también ubicada a dos cuadras del Tribunal Supremo.
«Al Congreso le corresponde asegurar que se incluya una senda a la ciudadanía en el presupuesto definitivo de (el periodo fiscal) 2022 que dé protecciones críticas para los trabajadores rurales», dijo Nanci Palacios, presidenta de La Red.
«Ahora es el momento para que los dirigentes del Congreso actúen. La Cámara de Representantes y el Senado tienen la posibilidad y los votos de incluir esa senda en sus resoluciones presupuestales. Deben actuar antes de que se pierda esta oportunidad», declaró.
En el ayuno participaron, por turnos, unas 65 personas en Washington y un centenar en otros sitios del país, dijo a Efe Heather Cabral, portavoz de Faith In Action, uno de los grupos organizadores.
«Estoy aquí apoyando a mis amigos, toda mi familia, y todos los indocumentados del mundo entero que estamos en estos países sin papeles», dijo José Ascencio, un salvadoreño y miembro de la Iglesia San Mateo de Hyatsville (Maryland), quien lucía la estola blanca de los ayunantes.
Una veintena de ellos participaron en el del ayuno ante un centenar de simpatizantes aliviados del calor en la frescura del templo.
“Ayunar es una práctica antigua y espiritual dentro de muchas culturas y tradiciones de fe. Al abstenerse de alimentos, los participantes buscan purificar su espíritu y lograr un nivel más profundo de conciencia», indicaron los organizadores en una declaración.
Palacios, también subdirectora de Faith en Florida, enfatizó la urgencia de legalizar a los trabajadores esenciales, los beneficiarios del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) -como ella misma-, las personas con Estatus de Protección Temporal (TPS) y los 11 millones de inmigrantes indocumentados.
El presidente Joe Biden ha prometido una reforma integral del sistema de inmigración de Estados Unidos y su Partido Demócrata, que tiene una leve mayoría en la Cámara de Representantes y ocupa solo la mitad de los curules en el Senado, necesita votos republicanos para asegurar la aprobación de leyes migratorias.
El balance escasamente favorable para los demócratas en el Congreso estará en juego en los comicios legislativos de 2022, año que estará dominado por las campañas electorales que harán más difícil la aprobación de leyes en esta materia.
Durante las tres semanas de ayuno los participantes se reunieron con una delegación de rabinos y otros líderes religiosos, además de políticos como el senador demócrata Álex Padilla y los representantes, también demócratas, Ilhan Omar, Pramila Jayapal, Joaquín Castro, Jesús García, Linda Sánchez y Julián Castro.
Entre los participantes estuvo María Chavalán Sut, una guatemalteca que ha pedido asilo en Estados Unidos y que permaneció por 925 días en santuario de la Iglesia Metodista Wesley United en Charlottesville, Virginia. A fines de abril pasado el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) le otorgó una postergación, por un año, de su orden de deportación.
Vidal Rivas, salvadoreño y sacerdote de la Iglesia Episcopal San Mateo en Hyattsville, Maryland, dijo que había participado en el ayuno «por una senda a la ciudadanía que debe incluirse en el proyecto de presupuesto, y porque es una obligación moral, como hombre de fe, el luchar por la justicia».