Londres – Los recursos legales de los solicitantes de asilo que debían de ser expulsados hoy por el Reino Unido en un vuelo a Ruanda han impedido la salida del avión, que esperaba desde hace horas la luz verde para despegar, según la ONG Care for Calais.
La organización, al igual que los medios británicos, informó poco después de las 22:00 hora local (21:00 GMT) de que ya no quedaba una sola persona más dentro del avión gracias a la acción de la Justicia y que por tanto el vuelo no saldrá del aeródromo militar Boscombe Down, en Amesbury (oeste de Inglaterra).
En las últimas horas, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ordenó la paralización de la expulsión de varias de las siete personas que debían ir a bordo del primer vuelo de estas características, que ha provocado la polémica en el Reino Unido y el rechazo desde el príncipe Carlos, heredero de la Corona, hasta la cúpula de la Iglesia Anglicana.
En su decisión de paralizar la expulsión del solicitante de asilo identificado como K.N, de nacionalidad iraquí y nacido en 1968, el TEDH resuelve que el hombre «no debe ser expulsado hasta que expire un periodo de tres semanas tras la decisión final en la revisión judicial que está teniendo lugar».
Se espera que los tribunales ingleses decidan en julio si la deportación de los solicitantes de asilo a Ruanda, gracias a un programa acordado con el gobierno de ese país, se ajusta a la ley y puede continuar.
La corte de Estrasburgo tomó en consideración la preocupación sobre estas expulsiones expresada por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y también la ausencia de un mecanismo legal que obligue al Reino Unido a aceptar a K.N. en su territorio si su solicitud de asilo tiene éxito.
El TEDH reconoció que este tipo de decisiones cautelares solo se conceden «de forma excepcional, cuando los solicitantes de otro modo sufrirían el riesgo de daño irreversible».
El secretario general de la ONU, António Guterres, lamentó este martes el plan del Reino Unido para enviar a Ruanda a demandantes de asilo que llegan a su territorio de forma irregular y confió en que ningún otro país siga su ejemplo.
El primer ministro británico, Boris Johnson, había dicho hoy con anterioridad que su Gobierno no se dejará «intimidar ni avergonzar» y seguirá adelante con su plan de enviar a Ruanda a los migrantes que lleguen al Reino Unido por rutas ilegales, como en pequeños botes a través del Canal de la Mancha.