Los Ángeles – Activistas y defensores de los inmigrantes de California se unieron este jueves a las movilizaciones a nivel nacional para invocar un boicot en rechazo a una ley migratoria aprobada en Florida, considerada una de las más restrictiva del país y que, según los manifestantes, utiliza a los indocumentados como “arma política”.
“No podemos permitir que esta ley entre en vigencia en Florida porque rápidamente otros estados pueden tomar ejemplo”, advirtió a EFE Gloria Saucedo, activista con más de tres décadas de lucha por los derechos de los inmigrantes en California, sobre la norma SB 1718 que el próximo 1 de julio entrará en vigor en Florida.
Saucedo se unió a otros activistas en la jornada denominada “Un día sin inmigrantes”, con la que alzaron su voz y buscaron el apoyo de votantes y negocios para iniciar un boicot contra Florida y el gobernador Ron DeSantis, impulsor de la medida y quién aspira a convertirse en el candidato republicano a la presidencia de EE.UU. en las elecciones de 2024.
“Esto es una mera arma política para lograr el apoyo de los más conservadores. Al igual que Donald Trump está usando a los indocumentados como arma política para ganar adeptos”, ahondó la activista, que fue parte de las protestas realizadas en San Diego, en el sur de California.
El llamado al boicot también se realizó en otras grandes ciudades del país con numerosa población de inmigrantes como Chicago (Illinois), Houston (Texas) y la californiana Los Ángeles.
“Vamos a volver a salir a las calles”, dijo Marú Galván, miembro de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA), una de las organizaciones convocadas hoy en la icónica Placita Olvera, en Los Ángeles, para una concentración organizada por Mobilize 4 Immigrants.
Los manifestantes recordaron que California vivió un ataque parecido con la aprobación en 1994 de la Propuesta 187, que criminalizaba a los indocumentados y que aunque nunca llegó a entrar en vigor, cambió el color político del estado para dejarlo en manos demócratas.
Por su parte, Luis J. Vega, organizador del movimiento Todos Somos Arizona, que luchó contra la ley antiinmigrante SB1070, aprobada en 2010 en Arizona, resaltó que el objetivo del movimiento es no “dejar solos a los inmigrantes en Florida”.
“No están solos nuestros hermanos del estado de Florida por ética y por conciencia estamos a nivel nacional pidiendo un boicot en contra de esta ley racista del gobernador DeSantis”, agregó.
Este jueves se desarrollaron acciones en otras ciudades de California como Stockton, Santa Ana, y Fresno.
Los organizadores en California están preparando un viaje hasta Florida para el próximo 1 de julio, día que entrará en vigor la polémica ley, la SB 1718, que requiere que las empresas con más de 25 empleados usen el programa E-verif para determinar su estatus migratorio y establece multas para los infractores.
Además, obliga a los hospitales y a las salas de emergencias a recopilar datos sobre el estado migratorio de los pacientes, convierte en delito el transporte al estado de Florida de indocumentados y contempla hasta 15 años de prisión, y prohíbe la financiación de programas de ciudades y condados para dar tarjetas de identificación a migrantes, entre otros.
La jornada “Un día sin inmigrantes” programó una gran número de protestas en Florida, donde los manifestantes advirtieron que la norma afectará a sectores vitales como la agricultura, la construcción y el turismo, según dijo a EFE María Cárdenas, una de las organizadoras de una marcha en Immokalee, zona agrícola de Florida.
“Hemos recomendado a la comunidad que se solidarice con la gente inmigrante, que no vaya a trabajar para que la comunidad local vea el impacto laboral y también económico. Sabemos que ya han cerrado negocios”, aseguró Cárdenas, quien es trabajadora social.