Denver (EE.UU) – El Gobierno de Denver se vio obligado a reducir a partir de esta semana los servicios para los migrantes que envía por autobuses el gobernador de Texas, Greg Abbott, al no poder satisfacer ese «ritmo implacable».
Según el Departamento de Servicios Humanos de Denver (DDHS, en inglés), los albergues municipales pasaron de alojar a principios de septiembre a 980 inmigrantes (la mayoría, venezolanos) llegados desde Texas a alojar 2.689 inmigrantes en la actualidad, en el marco de la «tercera oleada de inmigrantes» desde la de diciembre y mayo de 2022.
Cada día llegan a Denver de cuatro a doce autobuses con inmigrantes, enviados por Abbott. Este lunes llegaron nueve con unos 300 inmigrantes, que se suman a otros 500 que arribaron durante el reciente fin de semana, según el DDHS.
«No tenemos el personal necesario y contamos con suficiente espacio de alojamiento,» explicó Jon Ewing, portavoz del DDHS, al explicar que desde este miércoles el tiempo de ayuda a los nuevos inmigrantes se reducirá de 21 días a 14 días como máximo, con la expectativa de que la mayoría de los recién llegados dejen los albergues municipales no más de cuatro días después de llegar.
La medida, dijo Ewing, no afectará a las familias con hijos menores de edad que lleguen juntas, quienes seguirán recibiendo ayuda por hasta 37 días.
«A estos inmigrantes no se les pregunta sin quieren o no venir a Denver. Simplemente los envían», aseveró el portavoz en referencia directa al gobernador Abbott.
Según datos oficiales, desde diciembre pasado Denver asistió con alojamiento y comidas a casi 22.000 inmigrantes y proveyó pasajes de autobús a 1.900 de ellos que decidieron trasladarse a otras ciudades.
El costo total de esos servicios supera los 23 millones de dólares, mientras que el presupuesto anual de Denver de ayuda a inmigrantes era de 2,5 millones a principios de año y se esperaba gastar no más de 11 millones en 2023.
Por eso, el pasado 1 de septiembre el DDHS habilitó un centro de donaciones para recibir contribuciones en efectivo para el Fondo de Recién Llegados, así como elementos de uso personal y especialmente ropa de abrigo para el invierno.
Pero, dijo Ewing, esas donaciones, aunque necesarias y apreciadas, «ya no son suficientes». EFE