Ciudad Juárez (México) – Defensores de derechos humanos denunciaron este jueves que Texas ha extendido su polémica cerca de alambres en la frontera con la mexicana Ciudad Juárez, una acción que eleva el riesgo para los migrantes y desafía los reclamos del Gobierno de México.
El gobernador texano, el republicano Greg Abbott, extendió la alambrada al límite de Texas con Nuevo México, donde ambos estados estadounidenses se unen con el estado mexicano de Chihuahua, para evitar que los migrantes que cruzan desde Ciudad Juárez por esa zona entren a El Paso.
Desde el lado mexicano, EFE documentó cómo la Guardia Nacional de Estados Unidos ponía estas barricadas de alambre de navajas, como había anunciado Abbott en sus redes sociales esta semana.
Rosa Mani Arias, coordinadora de la organización Abara, que presta servicios a migrantes, tachó de “cruel e inhumana” la medida del Gobierno de Texas, pues daña los cuerpos de los migrantes, quienes resultan heridos ante la desesperación de intentar cruzar a Estados Unidos.
“Me tocó ver una manera muy inhumana y ahora veo que ya de plano son navajas, que ya de plano es un ‘no vas a entrar y no me interesa tu cuerpo, no me interesa tu persona’. Es muy triste, es inhumano y es cruel”, indicó la activista a EFE.
La especialista dijo que tras el largo recorrido de los migrantes, con todo el peligro que han enfrentado, se atreven a meterse entre las barricadas de navajas pese a que de manera frecuente resultan lesionados.
“Me puedo poner en sus zapatos y saber que la desesperación te orilla a muchas cosas, es tan peligroso que volvemos a lo mismo: ¿Qué pasaría si un niño termina con su manita cercenada en uno de esos lugares? Es una catástrofe, es una desesperación total”, dijo la activista.
Una nueva crisis en la frontera
La situación en la frontera refleja el “aumento sin precedentes de personas migrantes en Centroamérica y México”, según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), con hasta 10.000 migrantes que llegan a diario al límite con Estados Unidos, de acuerdo con el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
En este contexto, los choques entre México y Texas han crecido en el último año, como en julio pasado, cuando el gobernador Abbott instaló alambres de navajas y un cerco de boyas en el fronterizo río Bravo, algo que López Obrador ha tachado de “inhumano” y ha atribuido a las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2024.
Pero Mani Arias advirtió que el problema no es nuevo.
“Vemos una política inhumana, definitivamente, van cambiando los actores, van cambiando las medidas, pero siempre va a estar enfocado al rechazo y a la decisión de no permitir que la movilidad humana sea de una manera digna”, insistió.
Los migrantes afrontan riegos en la frontera
Mientras tanto, los migrantes se arriesgan a cruzar el río Bravo y saltar la alambrada de navajas a pesar de los riesgos que implica.
La venezolana Yanleidy Rodríguez se colocó frente a la barricada dispuesta a todo motivada por el miedo a las deportaciones a Venezuela que Estados Unidos inició esta semana, algo en lo que México ha prometido apoyo.
“Nosotros venimos a buscar un mejor futuro una mejor vida y que lleguen aquí y nos digan que hicieron un convenio para que nos deportaran, no. Vamos a intentar a ver qué pasa”, dijo mientras contemplaba a elementos de la Guardia Nacional de Texas que reforzaban el centro.
Su compatriota Jondavid Mujica pasó dos meses cruzando ocho países para llegar a Juárez, la frontera del norte de México donde se ha concentrado la mayor parte de la actividad migratoria.
Llenó la aplicación “CBP One” de Estados Unidos hace un par de meses, pero ante la desesperación de no obtener un cita ha decidido cruzar de manera irregular.
“Nos dijeron que no podíamos pasar, que era ilegal, que nos iban a esposar y que nos iban a llevar a México, vamos a intentar por este lado para ver si podemos”, indicó.
Agregó que ante todos los obstáculos que han pasado en su recorrido, la barricada de alambres no será suficiente para detenerlos.
“Dijeron que por aquí el paso estaba abierto y lo cerraron ayer en la madrugada, el tren nos dejó ayer en el desierto y tuvimos que caminar hasta aquí. Ayer pararon la locomotora y tuvimos que bajarnos. En Chihuahua duramos cuatro días”, explicó.