Tapachula (México) – Al menos 40.000 migrantes cruzaron el río Suchiate, que separa México de Centroamérica, en la última ola migratoria, de agosto a octubre, informó este jueves a EFE Luis Rey García Villagrán, coordinador del Centro de Dignificación Humana, asociación civil de la frontera sur del país.
Entretanto, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) recibió a 60.000 personas en su sistema de prerregistro, tan solo en agosto y septiembre en Tapachula, en el límite con Guatemala, según Manuel Nucamendi Pulido, representante de la Oficina de Terreno de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Detalló que se presume que la mayoría de ellas habían cruzado a México de forma reciente por el río Suchiate.
“Entre agosto y septiembre, Comar recibió alrededor de 30.000 personas en cada mes en su sistema de prerregistro, en donde la mayoría ingresó por el Suchiate, los migrantes que llegan a la Comar solicitan su procedimiento de asilo”, indicó en una entrevista.
El representante de la ACNUR en Tapachula destacó la presencia de personas de Haití, Cuba y Venezuela, además de la fluctuación durante el año de llegada de migrantes del triángulo norte de Centroamérica: Honduras, El Salvador y Guatemala.
La ola migratoria que apenas cede
El fenómeno refleja el flujo migratorio “sin precedentes” en la región que señaló la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) en septiembre, con un pico de hasta 6.000 migrantes que llegaban al día a la frontera sur de México, según el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador.
Tras incrementos migratorios en tres meses, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, siglas en inglés) de Estados Unidos reportó el martes una reducción mensual del 11 % en la detención de indocumentados en la frontera con México.
Pero García Villagrán advirtió que, para los primeros días de diciembre, la frontera sur de México espera la llegada de decenas de miles de migrantes por el flujo que se anticipa desde la región del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá.
En esto coincide el venezolano Darío Darwin Angola, quien acaba de llegar a Tapachula, tras huir de las condiciones de su país, donde gobierna el presidente Nicolás Maduro.
“Intenso, o sea, hay mucha gente, muchísima gente, porque los países de Sudamérica están fracasados por la izquierda, por lo que necesitamos la ayuda y que también ayuden a los venezolanos, nosotros llegamos pasando la selva del Darién”, explicó a EFE.
Darwin Angola lleva una semana esperando al borde del río Suchiate, donde pide dinero y ayuda para avanzar porque denuncia que sus compatriotas están expuestos a peligros como secuestros y robos.
“Pasamos en balsas, por ahí, pedimos a las personas que colaboren bastante, todos vamos a Estados Unidos”, expresó.
Su compatriota Juan Cabrera indicó que están entrando muchos migrantes por la frontera sur, gran parte de ellos están pasando por las balsas, pero los delincuentes después les roban y los dejan sin un centavo.
“Están entrando muchos. En el Darién, antes de salir, había unas 2.000 personas”, explicó.
Junto a Cabrera, salieron caminando unos 30 venezolanos del paso conocido como el ‘Coyote’, que se ha convertido en el principal cruce de entrada de migrantes, donde se enfrentan a la inseguridad y la violencia.