El fin de semana, tras congregarse miles de migrantes en la frontera entre Guatemala y México, en el sector de Tapachula, las autoridades mexicanas anunciaron que permitían la entrada por grupos de veinte para estudiar su situación y considerar la posibilidad de deportarlos de nuevo. EFE/ Esteban Biba

Tucson (AZ) – Mientras el Gobierno elogió este miércoles el esfuerzo de México por contener la caravana migratoria de centroamericanos en su frontera sur, grupos de activistas critican al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, por utilizar efectivos militares para frenar el flujo de indocumentados.

«La inmigración no debe de resolverse utilizando la fuerza, desafortunadamente el gobierno mexicano ha decidió este camino: en vez de utilizar una estrategia integral que respete los derechos humanos, ha respondido con el uso de la Guardia Nacional», dijo a Efe Fernando García, director ejecutivo de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (RFDH), con sede en Texas.

Agregó que López Obrador se ha convertido en una “herramienta” de las autoridades migratorias de Estados Unidos y lo acusa de “hacer el trabajo sucio” de su homólogo Donald Trump.

«La frontera entre Estados Unidos y México se ha expandido hasta Guatemala” y, en ese sentido, «México se ha convertido en la Patrulla Fronteriza estadounidense», valoró García.

El fin de semana, tras congregarse miles de migrantes en la frontera entre Guatemala y México, en el sector de Tapachula, las autoridades mexicanas anunciaron que permitían la entrada por grupos de veinte para estudiar su situación y considerar la posibilidad de deportarlos de nuevo.

Pese a ello, varios cientos de integrantes de la caravana lograron burlar los controles y cruzaron a México saltando al río Suchiate desde el Puente Rodolfo Robles.

Según se informó desde la frontera entre México y Guatemala, la Guardia Nacional intentó frenar el alud de migrantes con golpes y gases lacrimógenos, y detuvo a varios cientos de ellos, no obstante hoy López Obrador precisó que el uso de gas fue un «caso aislado» y que miembros de la caravana agredieron a las fuerzas de seguridad mexicanas.

«Elogio al Gobierno de México por mantener su compromiso de aumentar la seguridad y la aplicación de la ley en su frontera sur», dijo en una declaración el secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf, quien aseguró que «si algún miembro de la caravana llegara a la frontera entre Estados Unidos y México, será procesado y devuelto o repatriado rápidamente”.

Pedro Ríos, director regional del Comité de Servicios Amigos Americanos (AFSC), con base en San Diego (California), y con representantes en la frontera sur de México, señaló a Efe que el gobierno de ese país debería de preocuparse mas por proteger los derechos humanos de estas familias migrantes que llegan hasta su frontera.

Señaló que varios grupos de activistas temen que éste solo sea el principio de un proceso de militarización aun más grande en la frontera entre México y Guatemala y, peor aún, que la sociedad mexicana se “acostumbre” a que la respuesta a la crisis migratoria sea la fuerza y la militarización.

“Estos migrantes son refugiados, una migración provocada por el cambio climático y la violencia. Lamentamos la respuesta del gobierno de México que está respondiendo de la misma forma que Estados Unidos, con mas militarización, algo que nunca solucionara el problema migratorio”, dijo a Efe Vicki Gaubeca, directora de la Coalición de Comunidades Fronterizas del Suroeste (SBCC).

Está convencida de que ésta no será la ultima caravana que intente cruzar por México para llegar a Estados Unidos y, en ese sentido, Gaubeca advirtió que el empleo de fuerza solo va a empeorar la situación.

A eso se añade que la crisis migratoria pueda ser utilizada por la Administración de Donald Trump en un año electoral y en la que el republicano aspira a la reelección en noviembre con apoyo del voto de las bases conservadoras.

Ríos criticó además que poco después de asumir la Presidencia López Obrador prometiera a los migrantes centroamericanos trabajos y asilo en México, pero la realidad es que hoy por hoy muchos están siendo deportados de regreso a sus países de origen.

López Obrador, del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), inició su mandato el 1 de diciembre de 2018 mostrándose muy crítico con sus antecesores en materia migratoria y apostando por los derechos humanos tras el fenómeno de las caravanas de octubre de 2018 que entraron en México para llegar a Estados Unidos.

De hecho, el Instituto Nacional de Migración (INM) llegó a entregar 13.270 tarjetas de visitante por razones humanitarias.

Todo cambió luego de que Trump amenazara en mayo del año pasado con imponer aranceles a todos los productos mexicanos hasta que se «remedie el problema de la inmigración ilegal».

Al mes siguiente, México y Estados Unidos alcanzaron un acuerdo para frenar la migración que, en la práctica, supuso el despliegue de miles de efectivos de la Guardia Nacional a lo largo del país, y especialmente en la región sur, para controlar la migración.