Bangkok – Amnistía Internacional (AI) ha enviado una carta abierta a diferentes Gobiernos asiáticos y al australiano para que ayuden a los barcos con rohinyás que son rechazados por diversos países por temor a que sean portadores del nuevo coronavirus y se encuentran a la deriva en el golfo de Bengala.

La ONG envió la misiva después de que un barco que había sido rechazado por las autoridades malasias arribara a las costas de Bangladesh con 396 rohinyás malnutridos tras dos meses en el mar en el que murieron al menos 28 personas.

Una semana más tarde, las autoridades bangladesíes señalaron que debido a la COVID-19 no aceptarán la entrada de más barcos con rohinyás, una perseguida minoría musulmana originaria de Birmania (Myanmar).

«Varios barcos de pesca con cientos con hombres, mujeres y niños -que se creen que son rohinyás- se encuentran actualmente a la deriva en el mar, después de ser rechazados por los Gobiernos alegando la pandemia de la COVID-19», indica la carta firmada el 1 de mayo por Clare Algar, directora de Investigación, Trabajo de Incidencia y Política de AI.

Algar afirmó que hay unos 800 refugiados y emigrantes en estos momentos en altar mar e instó a las autoridades de la región a proteger sus vidas por razones humanitarias y también para cumplir con sus responsabilidad bajo las leyes y acuerdos internacionales.

La carta está dirigida a los Gobiernos de Australia, Bangladesh, Brunei, Camboya, India, Indonesia, Laos, Malasia, Birmania, Pakistán, Filipinas, Singapur, Timor Oriental, Tailandia, Sri Lanka y Vietnam.

Más de 700.000 refugiados rohinyás viven en Bangladesh desde la limpieza étnica que padecieron entre 2016 y 2017 a manos del Ejército birmano, que está siendo juzgado por presunto genocidio en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya.

La situación de la COVID-19 también ha provocado las denuncias de varias ONG en países como Malasia, donde unos 700 inmigrantes y refugiados fueron arrestados y hacinados esta semana en centros temporales de detención por las autoridades.

En Tailandia, Fortify Rights pidió al Gobierno que libere a los refugiados y migrantes que se encuentran en centros de detención después de que 42 de ellos dieran positivo al nuevo coronavirus en la provincia de Songkhla (sur). EFE