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Berlín – Alemania está «orgullosa» de su contribución a la búsqueda de solución para el incendiado campo griego de Moria con la acogida 1.553 refugiados, pese a las acusaciones de la ultraderecha de que va a recibir a «pirómanos».

«Podemos estar orgullosos, de nuevo, de aportar una solución humanitaria y de mantener el objetivo marcado en contener la llegada de nuevos asilados», afirmó el ministro del Interior, Horst Seehofer, ante el Bundestag (Parlamento federal), respecto al acuerdo de coalición alcanzado para recibir a estas personas.

Alemania estuvo «entre los primeros países», añadió, dispuestos a acoger a los aproximadamente 400 menores no acompañados que quedaron sin techo, tras el incendio que destruyó el campo de la isla de Lesbos. Los primeros 109 llegaron ya ayer al territorio alemán, apuntó Seehofer, a los que se espera que les siga otro grupo algo menor.

En paralelo a estos menores no acompañados -que serán reubicados principalmente por Alemania y Francia, junto a otros ocho países europeos que se han declarado dispuestos a recibirlos-, Berlín prepara «en estrecha cooperación con Grecia» la recibida de familias con niños procedentes de Moria.

La decisión fue adoptada anoche «por unanimidad» en una reunión de la gran coalición de Gobierno, integrada por el bloque conservador de la canciller, Angela Merkel, y sus socios del Partido Socialdemócrata (SPD).

«En ningún caso se producirá una situación como la de 2015. Hay un acuerdo específico y claro con el Gobierno griego que afecta a esas 1.553 personas, además del grupo de menores no acompañados», insistió Seehofer.

El ministro de Interior aludió así a la situación creada en el año álgido de la crisis migratoria generada por el conflicto sirio. Merkel decidió no cerrar fronteras, mientras otros países europeos sí lo hacían, y Alemania acabó recibiendo ese año alrededor de un millón de peticionarios de asilo.

Seehofer, por entonces líder de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), partido hermanado a la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, representó en ese momento la crítica más dura contra la canciller y llegó a poner en juego la continuidad de su coalición.

Las tensiones internas en torno a la política de asilo regresaron ahora a la alianza de Gobierno de Merkel a raíz de la situación humanitaria en la isla de Lesbos. El SPD presionó hasta lograr que, además de los menores acompañados, se reciba a un mayor contingente de refugiados, lo que se tradujo en el acuerdo para esas 1.553 personas.

EL MENSAJE INCENDIARIO ULTRA APLICADO A MORIA

Seehofer se vio confrontado ante el Parlamento por los reproches de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), la primera fuerza de la oposición, según la cual el país dejará entrar así en el país a los «pirómanos» que incendiaron el campo.

«Se está fomentado la industria del asilo gestionada por ONG alemanas», afirmó el diputado de la AfD Gottfried Curio. Para la ultraderecha, el Gobierno y Parlamento son cómplices de estas organizaciones, que una semana atrás colocaron 13.000 sillas ante la sede del Bundestag para exigir la evacuación de Moria.

«Mejor 13.000 sillas ante el Bundestag que un grupo parlamentario formado por políticos incendiarios», respondió el diputado socialdemócrata Helge Lindh.

LA SOLUCIÓN EUROPEA COMO EXCUSA

Del otro lado, los Verdes y La Izquierda insistían en que la gran coalición se escuda para ganar tiempo en una hipotética búsqueda de una «solución europea» para reubicar a los refugiados, pese a saber que no habrá tal acuerdo ya que varios socios se niegan en redondo a acogerlos.

Seehofer recordó ahí que la Comisión Europea ha anunciado una nueva propuesta en materia de asilo para el próximo 23 de septiembre y aludió a la reunión que mantendrán esta semana su presidenta, Ursula von der Leyen, y Merkel.

De lograrse un consenso, sea a escala de toda la UE o de los llamados países «voluntarios» dispuestos a recibirlos, Alemania podría acabar recibiendo a unas 2.750 o hasta a 3.000 refugiados concentrados en estos momentos en las islas griegas.