Redacción deportes.- Sepp Blatter, ex presidente de la FIFA, es objeto de una nueva investigación penal en Suiza debido a una presunta mala administración de 1 millón de dólares procedentes de los fondos del fútbol, informa este sábado la agencia Associated Press, quien revela una notificación enviada por la fiscalía federal suiza al ex dirigente deportivo.
Blatter, de 84 años, es acusado por un préstamo que la FIFA concedió en el año 2010 a la Asociación de Fútbol de Trinidad y Tobago. Según se conoció hoy el pago abonado a dicha Federación salió de la FIFA el 13 de abril de 2010, sin garantía y sin intereses, y presumiblemente se transformó en una especie de regalo.
La acusación que ha recibido Blatter por parte del Ministerio Público de la Confederación Suiza es un otro capítulo en la serie de escándalos financieros en los que se vio implicada su gestión. Su secretario general Jérôme Valcke y Markus Kattner, director financiero, también están acusados según reza el documento.
La investigación a Blatter se suma a las investigaciones federales suizas y estadounidenses que relacionan a la FIFA en su momento con pagos irregulares que benefician a Jack Warner, su ex vicepresidente de Trinidad y Tobago, que lucha por evitar su extradición a Estados Unidos.
Joseph Blatter ha negado siempre haber cometido infracción alguna durante su mandato y hoy dijo al diario Le Monde en Francia que ha tenido conocimiento de esta acusación, pero afirmó que «rechaza totalmente su contenido».
Jack Warner fue un actor importante en los procesos electorales de la FIFA y fue acusado por Estados Unidos por enriquecimiento y malversación, en concreto junto al exsecretario general de la Concacaf, Chuck Blazer, por negociar sobornos con empresas de mercadotecnia deportiva para ceder los derechos comerciales de los torneos de fútbol.
Blatter dimitó de su cargo el 2 de junio de 2015, cuatro días después de haber sido reelegido para un quinto mandato. «A pesar de haber sido apoyado en elecciones, ese apoyo no lo comparten todos. Por eso pongo mi renuncia a disposición de los dirigentes del mundo. Tomo esta decisión de renunciar para limpiar la imagen de la FIFA. La FIFA necesita una profunda reestructuración», dijo entonces.
Dos días antes de su última reelección, la FIFA se vio convulsionada por la detención de madrugada de siete altos responsables de la FIFA en Zúrich por presuntos cargos de corrupción, cuando se encontraban en el hotel en el que se alojan en esa ciudad para participar en el congreso.
Se trataba de una operación ordenada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, coordinada con el FBI y la agencia tributaria, que trajeron consigo acciones legales contra nueve directivos de la FIFA y cinco empresarios implicados en una presunta trama de corrupción.