Washington – El acceso a almacenes que venden frutas, verduras y variedad de alimentos mejora la salud infantil, pero la cercanía de «bodeguitas» que venden golosinas, bocadillos y productos procesados contribuye a la obesidad en los niños de minorías, según un artículo que publica este jueves la revista Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics.
El estudio, encabezado por Punam Ohri-Vachaspati de la Universidad estatal de Arizona en Phoenix, examinó los cambios en el acceso a alimentos tomando en cuenta la distancia de los comercios desde la casa de los niños y la proximidad de mercados de productos no procesados o de tiendas pequeñas que venden productos envasados.
«Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y el Instituto de Medicina han usado el marco de sistemas socioecológicos para enfocar las tasas elevadas y crecientes de obesidad infantil», indicó el artículo.
Los investigadores centraron su atención en las ciudades de Camden, New Brunswick, Newark y Trenton, en Nueva Jeresy, donde se han puesto en marcha programas para la prevención de la obesidad entre niños de edad escolar. Para ello recogieron información entre 2009 y 2017, incluidas encuestas de hogares que se llevaron a cabo en inglés y en español.
Simultáneamente examinaron la existencia en esas áreas de comercios que proveen alimentos, clasificándolos en dos categorías: los supermercados y almacenes donde se puede adquirir verduras, frutas, carnes y productos lácteos frescos, y las «bodeguitas» y tiendas minoristas (convenience stores) donde todos los comestibles ofrecidos están procesados y envasados.
En el grupo de niños incluidos en el análisis, 48,3 % eran afroamericanos, 34,3 % eran latinos y 17,4 % eran blancos. El ingreso anual medio en los hogares observados era de 35.899 dólares.
Los almacenes con ventas anuales de más de dos millones de dólares y cuatro o más cajas de pago se clasificaron como supermercados, mientras los superalmacenes que no requieren una membresía pagada, como Cotsco, BJs o Sams Club, se incluyeron en la primera categoría.
En este grupo están aquellos comercios que ofrecen, por lo menos, cinco tipos diferentes de frutas, cinco tipos diferentes de verduras, leche con bajo contenido de grasa, y carnes frescas o heladas.
Almacenes con ventas anuales de menos de un millón de dólares y los que son parte de una cadena, como WaWa y 7-Eleven, se clasificaron como «tiendas de la esquina» o «tiendas minoristas».
Los investigadores llegaron a la conclusión de que «los niños con una exposición incrementada a las ‘tiendas minoristas’ mostraron ser más propensos a experimentar un incremento en la masa corporal».
«Por contraste, aquellos niños con más exposición de los almacenes que venden una selección de productos saludables fueron menos propensos a experimentar un incremento en la masa corporal», agregó el artículo.
Un detalle que los investigadores señalaron como importante es que una vez que las «tiendas minoristas» hicieron cambios para incorporar en su oferta alimentos frescos no se observó un aumento del peso de los niños de su clientela.
«Esto indica que elevar la calidad de los alimentos ofrecidos en las tiendas mejoradas a niveles similares a los de los almacenes de productos frescos bien puede mejorar el estatus de peso de los niños».