Tegucigalpa – El cardenal Óscar Andrés Rodríguez, lamentó la noche de este miércoles durante la eucaristía de acción de gracias en el marco de las 40 horas de adoración al Cristo Sacramentado tanta “humillación sangrante” contra los emigrantes.
-El purpurado pidió perdón por los que no logran tener una vivienda, los que no logran tener un trabajo, que no logran tener un hogar.
El líder religioso se refirió a tantas guerras en el mundo de hoy y a la tanta humillación sangrante de los hermanos emigrantes, paisanos nuestros, hijos de la iglesia que muchos mueren en su intento de buscar una felicidad.
Un año distinto
Rodríguez confió en que “este año tiene que ser distinto, llamamos a todos aquellos que están tentados y que se sienten con derecho de quitarle la vida a otras personas, decirles por favor dejen ese pecado espantoso porque la sangre de sus hermanos derramada como la sangre de Abel, clama al cielo, que se acaben los Caínes que asesinan a sus hermanos y hermanas”.
El prelado apuntó que termina un año y comienza uno nuevo, lo que no nos lleva a una realidad que termina sino a una realidad que se cumple, es un paso más hacia la meta que está delante de nosotros, una meta de esperanza, una meta de felicidad, porque encontramos a Dios que es la razón de nuestra esperanza y fuente de nuestra alegría.
Acotó que mientras el año 2019 llega a su final pensemos en las cosas tal vez menos positivas de este año que termina. “Especialmente queremos pedir perdón por la violencia y queremos recordar las familias que han vivido el dolor y el luto por esa violencia, hagamos oración por ellas”, pidió el purpurado.
“Termina un año y recogemos como en un sesto, los días, las semanas y los meses que hemos vivido para ofrecerlo todo al Señor y preguntémonos cómo hemos vivido el tiempo que él nos ha donado, lo hemos usado sobre todo para nosotros mismos, para nuestros intereses o hemos sabido también gastarlo en los demás, en los más necesitados, cuánto tiempo hemos reservado para estar con Dios en la oración, en el silencio, en la adoración”, preguntó.
Que la paz se instaure en Honduras
En seguida pidió reconocer los momentos en que hemos vivido distraídos olivándonos meditar la palabra del Señor, olvidando sus preceptos, solemne amor que nos ha dejado, reconocer los momentos en los que no nos hemos preocupado por nuestra fe dudando del amor y de la cercanía de Dios. Rodríguez rogó porque la paz se instaure en Honduras y que podamos iniciar un año nuevo en paz, con gozo y bendiciendo.
“Que el Señor te bendiga, te conceda su paz, con que mejor augurio podemos comenzar el año nuevo, no es ni con alguno de los excesos que a veces en esta noche alguna gente comete sino con un augurio, que no sea el ruido, sino que sea la paz de la palabra de Dios”, señaló.
Luego de relatar la historia de la celebración a la Virgen María, el cardenal se refirió a la reconciliación que nos libra de las heridas del pecado al tiempo que aludió que el papa Francisco al comienzo de su pontificado dejó una carta preciosa al inicio de este año y nos dijo que la iglesia tiene que ser como un hospital de campaña, que es un hospital ambulante que se suele poner cerca de donde están los campos de batalla para que los heridos puedan llegar lo más rápido posible y darles la primera atención de emergencia.
Eso tiene que ver mucho con la iglesia porque precisamente hoy comenzando un año nuevo tenemos que comenzar con buena salud espiritual por eso es bello ver cómo tantas personas hoy 31 de diciembre y mañana primero de enero, se han acercado y se seguirán acercando a adorar al Señor Jesús en la santa eucaristía y acercarse al sacramento de la reconciliación para sanar muchas heridas.
Perdón por tanta sangre derramada
Advirtió que una persona que comienza el año nuevo en pecado no es un buen pronóstico, una persona que comienza un año nuevo con heridas en el corazón, heridas de rencores, heridas de resentimientos, heridas de envidias, en fin, cualquiera de esos problemas, tenemos que acudir a la madre para que nos sane y para comenzar llenos de gozo, llenos de paz, reconciliados y reconciliadores y por eso María es modelo para los cristianos.
“Hemos llegado al fin de un año que termina, revisamos siempre nuestra vida, evaluamos y calificamos esos 365 días del año que está terminando para pedir perdón, tantas cosas por las cuales tenemos que pedir perdón, especialmente tanta sangre hondureña derramada por la violencia, por los asesinatos que no cesan, este año tiene que ser distinto, llamamos a todos aquellos que están tentados y que se sienten con derecho de quitarle la vida a otras personas, decirles por favor dejen ese pecado espantoso porque la sangre de sus hermanos derramada como la sangre de Abel, clama al cielo, que se acaben los Caínes que asesinan a sus hermanos y hermanas”, clamó el purpurado.
El líder religioso también se refirió a tantas guerras en el mundo de hoy, a tanta humillación sangrante de tantos hermanos emigrantes, paisanos nuestros, hijos de la iglesia que muchos mueren en su intento de buscar una felicidad.
También pidió perdón por los que no logran tener una vivienda, los que no logran tener un trabajo, que no logran tener un hogar, por nuestras negligencias en reparar el daño que pudimos haber hecho al prójimo por descuidos, por falta de amor, por falta de cortesía, por olvido, por vanidad, por caprichos, mezquindad crítica, la falta de alegría, de entusiasmo, la cobardía, la hipocresía por cuidar las apariencias y no descubrir en el rostro de los pobres, el rostro de Cristo.
No obstante, Rodríguez dio gracias y por eso es que se tienen esas 40 horas de adoración al Santísimo que comenzaron este día a las 5:00 de la mañana y concluyen este 1 de enero de 2020 a las 7:00 de la noche.