Tegucigalpa – El cardenal Óscar Andrés Rodríguez, pidió este domingo durante la homilía celebrada en la iglesia catedral San Miguel Arcángel de Tegucigalpa, que se promueva la prevención de la corrupción en las familias, en la escuela, en las empresas, en los medios de comunicación, en nuestras relaciones interpersonales, en la cultura, en la economía, en la política y también en la iglesia.

– Las tinieblas se identifican en la palabra de Dios con la mentira, la ambición, la necesidad exagerada del reconocimiento, de poder, de protagonismo, cuestionó el purpurado.

“Hay que revisar a la luz del evangelio, cada uno de nuestros comportamientos y hacernos presentes como la sal de la tierra en estos campos. La pregunta es, verdaderamente somos capaces de contagiar vida y esperanza a nuestro alrededor, qué sectores de nuestra vida necesitan de la sal del evangelio para que no se estropeen”, consultó el purpurado en la homilía del quinto domingo del tiempo ordinario.

Acotó que “la palabra de Dios es esa sal que puede impedir la corrupción. Los 10 mandamientos de le ley de Dios están ahí como esa sal para impedir la corrupción”.

Agregó que además el Señor utiliza otra imagen: “ustedes son la luz del mundo, la luz es también un símbolo universal, brillar en las tinieblas, iluminar nuestros caminos; la tiniebla en la cultura de la Biblia es lo que se opone al plan de Dios y que ahoga la aspiración más profunda del ser humano, la aspiración a una vida plena, a una vida llena de sentido”.

Añadió que las tinieblas se identifican en la palabra de Dios con la mentira, nace de la ambición, nace de la necesidad exagerada del reconocimiento, de poder, de protagonismo. La tiniebla produce en el ser humano la ceguera, o sea el ocultamiento del plan de Dios que es la vida impidiéndonos realizarnos plenamente.

“¿Dónde está la tiniebla de hoy en nuestro mundo?”, consultó el arzobispo de Tegucigalpa, quien explicó que la tiniebla en nuestro mundo está en las distintas ideologías que imponen el orden injusto creando en el mundo mentira, confusión, falta de sentido.

No obstante, señaló que la tiniebla puede estar también en nuestro corazón, tinieblas que oscurecen nuestra vida y nuestro mundo y en este mundo oscurecido por las tinieblas el Señor Jesús nos invita a ser luz del mundo.

“Como cristianos estamos invitados en nuestra vida y en nuestro modo de vivir a ser luz del mundo, a ser luz de buen ejemplo desde el día del bautismo cuando el celebrante entrega a los padrinos y a los padres del niño que es bautizado una vela encendida, se le dice: a ustedes se les confía el cuidado de esta luz que este niño o esta niña en su vida camine como hijo de la luz, iluminado por la luz de Cristo”, reflexionó Rodríguez.

Cuestionó que es muchos padres de familia quieren bautizar a sus niños, pero después no los educan en la fe y por consiguiente, fácilmente pueden caer en las tinieblas del error, en las tinieblas del pecado.