El padre Javier Martínez, portavoz de la Conferencia Episcopal de Honduras.

Tegucigalpa – La Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) propuso replantear la iniciativa de ley “Una educación integral de prevención ante el embarazo adolescente en Honduras” y apunte a las raíces que origina esta problemática y promueva la formación en valores.

Mediante un pronunciamiento, la CEH consideró que la socialización de una ley no implica imposición, aclaró que la población debe de conocerla, sin ambigüedades ni tergiversaciones de grupos interesados en un colonialismo cultural a través de la ideología de género.

“Nos unimos a otras denominaciones religiosas y de sociedad civil, así como también a muchos padres de familia, para manifestar nuestra preocupación por las consecuencias que puede traer una ley que atente contra principios constitucionales y que carece de una propuesta concreta e integral”, cita el pronunciamiento.

Exhortó a los congresistas de elaborar una ley que respete los valores y la cultura, sin seguir ideologías que no responde a la problemática.

La CEH indicó que la Ley de Prevención de Embarazo en Adolescente es un tema que debe tratarse con profundidad, en la verdad y transparencia.

Enfatizó que las políticas educativas deben ser claras y sanas, orientadas al respeto y dignidad de la persona humana y conforme a la Constitución de la República: que los padres de familia son los primeros responsables de la educación de sus hijos.

La sexualidad humana es un don de Dios, es un lenguaje de amor y que no puede reducirse a un tiempo banal, a un tabú y mucho menos a un problema, aseveró.

Agregó que la verdadera educación sexual debe llevar a la persona humana a “ser dueña” y no “esclava” de la sexualidad.

La CEH esclareció que el embarazo prematuro no se evitará con el uso de anticonceptivos, abortivos o con medias verdades, sino con la promoción responsable de la maternidad y paternidad.

De igual manera, exhortó a educar a los jóvenes a respetar a la mujer y no tratarlos como objetos que pueden ser usados y tirados.

Advirtió que la paternidad irresponsable es tan dañina como el embarazo de los niños y jóvenes.