Tegucigalpa – Honduras arriba hoy a dos años de pandemia en medio de destellos de la normalidad, al menos la percibida en 2019, justo antes de que se decretara emergencia sanitaria por la presencia de los primeros casos de la COVID-19 el 11 de marzo de 2020.
– El 11 de marzo de 2020 Honduras confirmó los dos primeros casos de COVID-19 y la OMS declaró esa misma fecha emergencia por pandemia.
– Los “trivacunados” siguen siendo una minoría que pesan a la sociedad hondureña ya que cada vez aumenta la resistencia a aplicarse el inoculante.
Hoy, con más experiencia que hace dos años, el país centroamericano aún debe superar una serie de retos para regresar a la normalidad y empezar a hablar de acciones contundentes como abandonar el uso de la mascarilla, indicaron expertos consultados por Proceso Digital.
No obstante, la realización de eventos masivos como conciertos, partidos de fútbol y hasta actos religiosos, son ya destellos de una anhelada normalidad por los hondureños.
Con la estamenta laboral llamada a ocupar sus puestos de trabajo y abandonar el trabajo en casa, prácticamente solo resta el retorno a clases presenciales en todo el sistema educativo público del país para eliminar toda medida restrictiva implementada para evitar más contagios de la enfermedad que en dos años acumula más de 414 mil positivos y casi 11 mil decesos.
COVID-19 da respiro a Honduras
En conversación con Proceso Digital el presidente de la Asociación de Médicos del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), Carlos Umaña, señaló que en este momento el virus da un respiro a Honduras y se traduce en baja hospitalización y una reducción en la letalidad de la enfermedad.
En ese orden, refirió que respecto al mes anterior los decesos por COVID-19 han disminuido en 50 % en todo el territorio nacional.
“Si bien es cierto que tenemos un respiro, no estoy satisfecho con el número de vacunados que existen en este momento. Del 100 % de beneficiados con la tercera vacuna o dosis de refuerzo, solamente el 45 % se la ha aplicado, es un porcentaje muy bajo”, externó.
En ese sentido, consideró que los no vacunados son el principal reto a superar por Honduras.
No obstante, vaticinó que si se logra la inmunidad de rebaño, es decir vacunar a más del 70 % de la población hondureña se podrá abandonar el uso de la mascarilla en los últimos meses del año.
Semana Santa, un nuevo detonante
Umaña advirtió que la Semana Santa (10-17 abril) será un nuevo detonante del virus en Honduras ya que la nueva variante de ómicron BA.2.
Recordó que producto del relajamiento de la población y de la aparición de nuevas cepas del virus durante los últimos meses del año anterior, en las primeras semanas se registró un aumento de nuevos casos positivos así como de la mortalidad.
No obstante, la Semana Santa será un nuevo detonante del aumento de casos de la COVID-19 en el territorio nacional ya que el sector burócrata goza de toda la semana libre y el sector privado concede medio semana. El tiempo libre fomenta el turismo y el relajamiento de la población, reflexionó.
El tiempo para vacaciones así como la habilitación de las terminales aéreas para que los familiares de los viajantes puedan acceder, sin duda provocarán un mayor contagio en el país centroamericano.
6 millones de muertos en el mundo
Al inicio del tercer año de pandemia en el mundo la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos registra el deceso de más de 6 millones de personas en el mundo.
En el caso de Honduras, los registros oficiales dan cuenta de casi 11 mil decesos, la cifra es refutada por las funerarias que registran el doble de los datos oficiales.
Por países, Estados Unidos sigue siendo el país más afectado, con casi más de 950 mil fallecidos; seguido por Brasil, con más de 650 mil decesos; e India con más de 500 mil.
Cabe señalar que el 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró oficialmente emergencia por pandemia a causa del coronavirus, de forma que, el mundo también conmemora este día dos años de pandemia.
Partidos, conciertos y actos religiosos
La comunidad médica en Honduras ha criticado ampliamente la realización de partidos de fútbol, conciertos y hasta actos religiosos masivos.
Los expertos médicos argumentan que el virus sigue activo y esta clase de eventos solo ayuda a que el mismo evolucione y cada vez se presenten nuevas cepas más fuertes y resistentes a los medicamentos.
No obstante, la población ha dado muestra de poca importancia a las recomendaciones médicas ya que todos estos eventos la participación ha sido masiva.
“Trivacunados”, una minoría que pesa
Otro de los grandes retos de Honduras es aumentar el número de “trivacunados”, es decir las personas que han recibido tres vacunas o han completado el esquema de dos vacunas y una más de refuerzo.
Esta sigue siendo una minoría que pesa a la sociedad hondureña ya que la falta del inoculante no es el problema; la ignorancia, incredulidad y politización si lo es.
De acuerdo a datos de la Secretaría de Salud (Sesal), a los que tuvo acceso Proceso Digital, hasta el 10 de marzo se contabilizan 11 millones 433 mil 563 vacunas aplicadas en el territorio hondureño.
De los inoculantes aplicados, 5 millones 233 mil 549 han recibido la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19 y 4 millones 488 mil 866 la segunda dosis.
Sin embargo, solo un millón 711 mil 148 han recibido la dosis de refuerzo o tercera vacuna, los llamados trivacunados.
Lecciones aprendidas
En conversación con Proceso Digital el rector de la Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa, Carlo Magno, reflexionó que después de dos años de pandemia tenemos muchas lecciones aprendidas y clamó porque la misma saque lo mejor de cada uno y no lo peor.
“Ojalá que esta pandemia nos haya enseñado y que cada uno saque lo mejor y no lo peor como algunos han hecho que han elevado precios para ganancia de los ricos llevándose de encuentro al pobre”, exteriorizó.
Esta pandemia se ha caracterizado porque muchas personas la han pasado mal, ojalá que seamos esos buenos samaritanos que ayudemos a los hermanos.
No podemos terminar la pandemia sin ser mejores y tener nuevos retos. “Dios nos ama, nos ha mantenido vivos y hemos superado muchas pruebas por esta situación, por lo que debemos reconocer que el artífice de todo es el Señor”, dijo.
El sacerdote caviló que ora por toda Honduras para que supere con bien la pandemia y que tras superarla seamos mejores personas.