Washington – Congresistas demócratas expresaron este jueves su preocupación por la violencia que pueda resultar de las caravanas antiinmigrantes que, desde varias partes del país, supuestamente se congregarán el próximo sábado en varios puntos de la frontera de Estados Unidos con México.

“Hay funcionarios republicanos que siembran una retórica peligrosa sobre la inmigración”, afirmó en una teleconferencia el representante Joaquín Castro, demócrata de Texas. “La retórica de (el expresidente Donald) Trump y sus aliados sobre una invasión, es peligrosa para los latinos y otros”.

Un grupo que se denomina “Recuperemos nuestra frontera” y que en la plataforma Telegram tiene más de 1.600 simpatizantes, ha organizado lo que llama “Ejército de Dios” que se dirige ala fronteriza ciudad de Eagle Pass (Texas).

El contingente principal partió el lunes de Virginia Beach (Virginia), y otros participantes tienen programado congregarse en San Ysidro (California) y Yuma (Arizona).

La representante Verónica Escobar, demócrata de Texas, dijo que “es necesario sonar la alarma acerca de los peligros y las consecuencias del discurso de odio”.

“Esa retórica, antes oculta, está ahora en todas partes, y el Partido Republicano no sólo la adopta sino que la apoya activamente”, añadió la legisladora demócrata. “Tenemos que rechazarla y hacer que la gente rinda cuentas por el lenguaje de odio que emplean y que se está convirtiendo en algo normal”.

Por su parte, Jamie Raskin, representante demócrata de Maryland, dijo que “la propaganda extremista anti gubernamental y la desinformación son parte de la nueva filosofía insurgente que ha adoptado la derecha estadounidense”.

“No han aprendido la lección de la Guerra Civil (1861-1865)”, añadió el legislador. “Esa lección es la supremacía de la Constitución”.

El Gobierno del presidente Joe Biden y la Administración del gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, están confrontados por la colocación de barreras y alambradas de púa en sitios de la frontera para impedir el ingreso de miles de migrantes de decenas de países.

El Tribunal Supremo de Justicia ha dictaminado que el Gobierno Federal, en cuya jurisdicción se ubica la política de inmigración, tiene atribuciones para retirar esas barreras, pero el gobierno de Texas se opone.

Los organizadores de las caravanas antiinmigrantes han indicado que la meta es el Parque Shelby, en Eagle Pass, donde tropas de la Guardia Nacional de Texas han continuado la colocación de barreras impidiendo el acceso de funcionarios de la Patrulla de Fronteras, una agencia federal.