Tegucigalpa – Los recortes económicos propuestos por Estados Unidospara ayudar a los centroamericanos más vulnerables solo exacerbarán la crisis yobligarán a más personas a huir, advirtió hoy el Consejo Noruego para losRefugiados (NRC), que ayuda a la población afectada por la violencia en laregión.
En ese orden, Jan Egeland,secretario general de NRC, manifestó que «esta cruel eliminación de laayuda a las comunidades vulnerables no hará desaparecer la llamada crisisfronteriza, solo alimentará los ánimos para escapar de la miseria y buscar unfuturo mejor a través de la frontera de los Estados Unidos».
“Los recortes de la ayuda soncontraproducentes y cortos de vista. No afectarán a los políticos, sino quecastigarán a las personas más necesitadas y producirán más desdicha, másdesesperanza, más caravanas que viajan hacia al Norte y revertirán el progresoque se ha logrado a través de los programas de ayuda para salvar vidas», prosiguió.
Los trabajadores humanitarios deNRC en Centroamérica están siendo testigos de familias que huyen hacia el nortedebido a la violencia, las amenazas de muerte y una falta total de esperanza yoportunidades. El flujo constante de personas que huyen de Centroamérica no severá frenado por los recortes de la ayuda, muros, acuerdos de devolución ni laspolíticas inhumanas de asilo.
«La única manera de salir dela crisis en la frontera de los Estados Unidos es brindar protección a laspersonas, oportunidades de empleo, educación y esperanza en el lugar dondeviven actualmente», añadió Egeland.
El presidente Trump ha amenazadorepetidamente a los países Centroamericanos con el recorte de toda su ayuda, amenos de que los gobiernos regionales detengan el flujo de migrantes que sedesplazan través de México hacia los Estados Unidos. Esta situación haprovocado la advertencia de que los fondos humanitarios y de desarrollo sedesviarán de esta región pobre y alterada por la violencia.
“Visité San Pedro Sula enHonduras en diciembre, desde donde se originaron las primeras caravanas hacialos Estados Unidos. Pude ver cómo la violencia de los grupos criminales, lamala gobernanza, la pobreza extrema y el hambre desplazaron a decenas de milesde personas desde Honduras, El Salvador y Guatemala. Muchos de los hombres ymujeres jóvenes que conocí en Honduras ya habían sido deportados desde losEstados Unidos y México. Dijeron que seguirían intentando escapar de ladesesperanza en su hogar y buscar la esperanza en Norte América. Estosadolescentes se sintieron abandonados por su país y el mundo. Su argumentoqueda demostrado cuando el país más rico del hemisferio occidental recorta laayuda en lugar de invertir en la esperanza”, comentó.
Según el Programa Mundial deAlimentos, alrededor de 1,4 millones de personas en El Salvador, Guatemala,Honduras y Nicaragua necesitan urgentemente asistencia humanitaria y losescasos fondos disponibles para la ayuda no se acercan al nivel requerido. ElConsejo Noruego para los Refugiados y otros grupos humanitarios que trabajan enestas áreas han pedido repetidamente una respuesta humanitaria más ambiciosa enCentroamérica para aliviar el sufrimiento de los más vulnerables de la región.
A los recortes propuestos seagregan las políticas de asilo cada vez más estrictas. Los Estados Unidos estánactualmente en negociaciones con Guatemala y México para que firmen un»acuerdo seguro con un tercer país», que permitiría a los EstadosUnidos enviar a las personas que buscan protección es este país hacia México yGuatemala. Nuevamente, estas políticas intentan construir muros contra una crisisprofunda en lugar de abordar las causas fundamentales.
“Las políticas de asilo deEstados Unidos, cada vez más estrictas e inhumanas, combinadas con los recortesde ayuda pondrán a miles de hombres, mujeres y niños en grave riesgo en elpropio vecindario de los Estados Unidos. Las redes criminales son extendidas enAmérica Central y México, y muchas personas son perseguidas por persecutores através de las fronteras. Devolver a las personas que necesitan proteccióninternacional a lugares en los que sus vidas están en peligro y donde losgrupos de ayuda están sobrecargados y carecen de fondos suficientes, representauna violación despreciable de las leyes internacionales», dijo JanEgeland.