Tegucigalpa – La ciudad de Danlí, situada unos 100 kilómetros al oriente de Honduras, se ha convertido en el primer escenario regional de la migración irregular tras el relajamiento de Nicaragua con las medidas migratorias.
-A causa del alto flujo de migrantes ha sido necesario la instalación de dos albergues para migrantes irregulares en la ciudad de Danlí.
-Durante el 2021 la cifra de migrantes irregulares que ingresó a Honduras fue de 17 mil 590, más del doble de los migrantes que ingresaron en el 2020 (8 mil 154).
La situación se torna difícil no solo para los migrantes, sino también para los pobladores y autoridades, porque son múltiples las necesidades que surgen del fenómeno migratorio, un derecho humano, que hoy en día sigue enfrentando serias hostilidades.
El país vecino, Nicaragua, que colinda con el departamento hondureño de El Paraíso, levantó en noviembre los requisitos de visa para los cubanos, muchos abandonaron todo, vendieron sus casas y tomaron un vuelo a Managua, con la esperanza de emprender la travesía vía terrestre hasta llegar a México y Estados Unidos.
Nicaragua, un aliado regional cercano de Cuba, dijo que la medida fue pensada con la intención de promover el intercambio comercial, el turismo y las relaciones familiares humanitarias, según los reportes de prensa internacional.
Proceso Digital visitó Danlí, donde además del relajamiento de las medidas migratorias de Nicaragua constató que la incapacidad de pago de una sanción administrativa que supera los 200 dólares impuesta a todo foráneo que entra de forma irregular al país mantienen a la ciudad copada de migrantes de distintas nacionalidad, pero principalmente cubanos, venezolanos, colombianos, haitianos.
El alto número de migrantes y la incapacidad de pago de la sanción administrativa que establece la Ley de Migración de Honduras a todo foráneo que entra de forma irregular han provocado que Danlí se convierta en muro, refugio y anécdota para los migrantes en tránsito que tajantemente han expresado que no se quieren quedar en Honduras.
Escuelas e iglesias han servido de albergue para los migrantes cuyo flujo aumenta cada vez en Honduras, un país que por su posición geográfica es paso obligado para aquellos que buscan de forma irregular llegar al norte de América por la vía terrestre.
Ahora Honduras comienza a sentir las consecuencias del relajamiento de las medidas migratorias de Nicaragua, país que argumentó buscar con la medida impulsar el turismo.
Honduras emite en la actualidad un salvoconducto a los migrantes irregulares, después de pagar la sanción administrativa, que les permite la circulación por el país durante cinco días, tiempo que es aprovechado por los extranjeros para abandonar el territorio nacional.
Nicaragua abrió sus fronteras
Joseana Martínez, delegada de la dirección de Migración en Danlí, El Paraíso, dijo a Proceso Digital que Nicaragua abrió sus fronteras a migrantes de Cuba y Venezuela y eso provoca una alta concentración de extranjeros de estas nacionalidades en la ciudad oriental del país centroamericano.
Explicó que Nicaragua no exige una visa a estos migrantes, por lo que estos pueden viajar sin mayor dificultad al país vecino desde donde inician su travesía vía terrestre.
Sin embargo, resaltó que son las condiciones en los países de cada migrante los que los empujan a emigrar y buscar mejores oportunidades en otro país.
Adicionalmente la falta de pago de una sanción administrativa por ingreso irregular al territorio hondureño que equivale a 190 dólares (4 mil 750 lempiras) provoca una aglomeración de migrantes en la ciudad en mención, acotó la entrevistada.
También, hasta hace poco, no existía una capacidad de atención instalada en la delegación de Danlí dónde se han sumado dos máquina biométricas para la atención de migrantes y ahora cuenta con cuatros máquinas, esgrimió Martínez.
Aunque Nicaragua ha abierto sus fronteras se debe investigar qué otros factores están motivando los altos flujos de migrantes extranjeros en nuestro país, manifestó la representante del director de Migración de Honduras.
Como autoridades se está trabajando, hasta hace poco la capacidad de atención diaria de la oficina de Migración en Danlí era de 120 personas ahora se puede atender casi 400 personas por día, dijo la funcionaria.
Finalmente, refirió que se trata de una serie de factores los que mantiene a la ciudad de Danlí como un escenario de la migración irregular, uno de ellos es que los bancos no cuentan con el flujo de dólares requeridos para dar atención a la cantidad de migrantes que permanecen en la zona.
“Solo quiero salir de Honduras”
Martha Rosa Martínez Lozada, una madre cubana de apenas 24 de edad quien viaja junto a su hijo dijo a Proceso Digital que su único deseo es salir de Honduras, pero sus pasaportes fueron retenidos por no poder pagar la sanción administrativa que impone el INM.
Dijo que en Honduras, la Iglesia, la ciudadanía y los defensores de derechos humanos le han apoyado y fue trasladada a un albergue mientras se soluciona el pago de la sanción administrativa el cual no puede hacer ya que eso le representaría gastar sus últimos recursos económicos con los que prevé continuar su travesía.
“Honduras es solo un paso obligatorio, nuestro objetivo nunca es quedarnos en este país”, aseguró la migrante cubana.
Consideró que es “exagerado” el pago que se debe hacer en Honduras por ingreso irregular.
Externó que nunca fue parte del presupuesto una sanción administrativa como la que se paga en Honduras.
Al igual que muchos salió vía aérea de La Habana hacía Managua, capital de Nicaragua desde dónde continuó vía terrestre hasta llegar a la ciudad de Danlí.
Queremos hacer las cosas bien
Dariel, otro inmigrante cubano expresó a este medio de comunicación que someterse al pago de la sanción administrativa es parte de la voluntad de querer hacer bien las cosas a su paso por Honduras.
Sin embargo, el alto costo de la sanción no les permite avanzar y quedan en una especie de limbo migratorio hasta que reciben ayuda para poder pagar la misma.
Fuera del pago que se les exige para que posteriormente se le otorgue un salvoconducto que les permite circular por cinco días de forma irregular por el territorio hondureño.
Señaló que a él se pidió el pago de 440 dólares (11 mil lempiras) por concepto de sanción administrativa que comprende el ingreso irregular de él y su esposa. “Ese dinero es demasiado, no se gana ni ahorrando tres meses de salario en Cuba”, apostilló.
Compartió a Proceso Digital que salió de Cuba con 300 dólares (7 mil 500 lempiras), ni siquiera lo requerido para el tránsito en Honduras, por lo que debe recurrir a la buena voluntad de las personas, mientras ajusta el valor de la sanción administrativa aguarda en un albergue de Danlí.
Datos oficiales
De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Migración (INM) de Honduras brindados a Proceso Digital en el presente año 6 mil 412 migrantes extranjeros han ingresado al territorio nacional.
Durante el 2021 la cifra de migrantes irregulares fue de 17 mil 590 más del doble de los migrantes que ingresaron en el 2020 (8 mil 154).
No obstante, fue en el 2019 cuando más migrantes extranjeros se registró en el país centroamericano con 34 mil 206 ingresos.
Los datos oficiales señalan que son los cubanos y haitianos los que más han ingresado a Honduras, le siguen los migrantes de Camerún, el Congo y Eritrea.
Por género son los hombres los que predominan la lista de migrantes irregulares que ingresan a Honduras con el 55.52 % y las mujeres con el 31.22 %, el resto son menores y recién nacidos.