Washington – Senadores demócratas de Estados Unidos pidieron este lunes al presidente Joe Biden que “abandone cualquier plan de aplicar” la detención de familias migrantes, una práctica eliminada en diciembre de 2021.
En una carta enviada al mandatario, una veintena de legisladores, incluido el “número dos” de los demócratas en el Senado, Dick Durbin, expresaron preocupación por las informaciones en algunos medios de que la Administración está considerando restablecer la práctica “ineficaz e inhumana” de detener a familias migrantes con niños.
“Le instamos a que aprenda de los errores de sus predecesores y abandone cualquier plan para aplicar esta política fracasada”, demandaron, aludiendo a los “efectos desastrosos” que tuvo durante los gobiernos de Barack Obama (2009-2017) y Donald Trump (2017-2021).
En la carta, los senadores citan que la detención familiar “no parece haber disuadido a las familias” de intentar ingresar a Estados Unidos, por lo que es una herramienta “ineficaz y poco práctica” para gestionar la inmigración.
Según el texto, la Academia Estadounidense de Pediatría considera que las instalaciones del Departamento de Seguridad Nacional “no cumplen con las normas básicas para el cuidado de los niños en entornos residenciales” y dos de los propios consultores médicos del DHS defienden que los centros de detención familiar suponen “un alto riesgo de daño a los niños y sus familias.”
Asimismo, los senadores incidieron en que el DHS gastó más de 866 millones de dólares en un período de tres años para detener a aproximadamente 3.000 familias por año.
Por otro lado, ofrecieron alternativas como el Programa de gestión de casos familiares del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE), que ha demostrado ser “mucho más humano y rentable”.
También mencionaron que el Congreso asignó recientemente 20 millones de dólares al DHS para poner en marcha alternativas a la detención que garanticen que las familias, los niños y otras personas solicitantes de asilo cumplen la ley, sin perjudicar a los menores ni a las familias.
Actualmente, las familias migrantes que cruzan la frontera entre EE.UU. y México de manera irregular no son detenidas, sino que se les permite seguir en libertad y se les pide comparecer ante una corte migratoria que decida sobre su caso.
En ocasiones, a los adultos se les colocan unos brazaletes electrónicos que permiten a las autoridades estadounidenses saber dónde están.