Tegucigalpa – Migrantes desaparecidos en los países que conforman la ruta migratoria, es otra arista de los flujos migratorios que sufren las familias hondureñas.

– Cofamipro contabiliza 650 expedientes de hondureños desaparecidos en la ruta migratoria, pero asegura la cifra es mayor ya que muchos no denuncias el caso.

Con 650 expedientes abiertos por casos de migrantes desaparecidos, Honduras se constituye como uno de los países que más sufre este flagelo que también forma parte de la realidad migratoria de la región.

En la mayoría de los casos las familias de migrantes desaparecidos vuelven a saber de su pariente años después, un denominador común es encontrarlos sin vida o privados de libertad.

Pocos son los casos de esta naturaleza que culminan con final feliz, sin embargo, los familiares de desaparecidos en Honduras que sufren este tormento guardan la esperanza de que toda su búsqueda culminará fundida en un abrazo eterno de un reencuentro anhelado.

Ocho años de búsqueda

Uno de los pocos casos con final feliz, es el de doña Dilma Pilar Escobar Medina, quien reside en El Progreso, Yoro, norte de Honduras, quien logró volver a abrazar su hija migrante, fueron necesarios ocho años de búsqueda para este reencuentro.

La madre hondureña contó a Proceso Digital que su hija salió del país en busca de mejores oportunidades y en México fue secuestrada por su propia pareja quien la obligó a prostituirse y la privó de la comunicación con su familia.

Aunque es un pasado que intenta olvidar aún vive los traumas de ese mundo y hoy su hija es más reservada que cuando salió del país, un cambio que solo nota doña Dilma como madre.

Su hija decidió quedarse en México donde ha procreado varios hijos, nietos de doña Dilma, pero ahora mantiene comunicación con su familia.

El primer contacto

Desde que su hija emprendió la ruta migratoria pasaron 15 días para que estableciera comunicación, misma que rápidamente cesó y fueron necesarios 8 años de búsqueda para volver a saber algo de la hondureña migrante, relató su madre en una conversación con este medio de comunicación.

Fue a través de una caravana de madres que buscan a sus hijos migrantes en la ruta migratoria que doña Dilma volvió a tener algún dato del paradero de su hija.

Sin embargo, el reencuentro no fue tarea fácil. Aunque existió un primer acercamiento a través de una llamada telefónica su hija continuaba siendo víctima de los maltratos de su pareja, incluso la primera vez que la volvió a ver le obligó a decir que todo estaba bien y que era su voluntad permanecer a su lado.

No obstante, los organizadores de la caravana intervinieron y lograron que la migrante hondureña pudiera dejar a su pareja y trasladarse a un lugar seguro, fue hasta entonces que volvió a abrazar a su madre.

Tras el reencuentro y pasar algunos días juntas, la migrante decidió permanecer en México, país que le brindó la oportunidad de volver a comenzar. Cuatro después de aquel capítulo, hoy cuenta con una mayor estabilidad y planea regresar a Honduras en calidad de visita para que su madre pueda departir con sus nuevos nietos, los que suman cuatro de nacionalidad mexicana.

Esta es una de las casi improbables historias con un final satisfactorio, ya que incluso después de varios años de búsqueda la esperanza suele desaparecer.

650 desaparecidos

La vicepresidenta del Comité de Familiares de Migrantes Desaparecidos de El Progreso (Cofamipro), Marcia Martínez, contó a Proceso Digital que solo esta organización contabiliza desde el 2009 un total de 650 casos de migrantes hondureños desaparecidos en la ruta migratoria.

El trabajo de búsqueda mermó a causa de la pandemia por la COVID-19, pero gracias a la reducción de la curva de contagio se han retomado todos los trabajos de búsqueda, apuntó.

“Nosotros queremos retomar todas las búsquedas y estamos utilizando todas las herramientas que la tecnología nos permite para ampliar la búsqueda”, acotó la entrevistada.

Se realizan talleres psicosociales ya que existen grandes traumas tanto en las familias como en los migrantes que son encontrados después de haber sido reportados como desaparecidos.

En ese sentido, reveló que desde el 2009 a la fecha se contabiliza el encuentro de 265 migrantes desaparecidos en la ruta migratoria, muchos de ellos sin vida, pero entran en esta estadística porque la familia vuelve a saber de su pariente.

Los reencuentros de madres con sus hijos desaparecidos suman 10 en este periodo, precisó.

Aunque se trata de una cifra mínima -dijo- mantienen la esperanza de poder lograr más reencuentros y poder dar con el paradero de todo los migrantes desaparecidos.

“Quiero encontrar a mi hijo, aunque sea en huesos”

“Quieren encontrar a mi hijo, aunque sea en huesos”, es el clamor de la madre hondureña Isaura Zepeda quien suma 18 años de saber de su hijo quien emigró el 05 de mayo del 2004.

Dos meses después de emprender la travesía su hijo se comunicó y le informó que se encontraba en México, pero esa fue la última comunicación para la madre de cuatro hijos, uno de ellos asesinado por robarle sus pertenencias y sus otros dos hijos emigraron hacia Estados Unidos donde permanecen hace varios años.

Sin importar las condiciones el deseo es volver a saber de su hijo, si lo encuentra sin vida, poder darle el último adiós dará descanso a su alma, narró la desesperada madre a Proceso Digital.

“Aunque sea en huesos, yo guardo la esperanza de encontrar a mi hijo”, dijo en un tono optimista al tiempo que exhortó a otras madres a luchar en la búsqueda de sus hijos desaparecidos.

“Le digo a las madres que luchemos, que no perdamos la esperanza, a mí mi hijo me hace falta y guardo la esperanza de volver a saber de él”, continuó.

Compartió que si se confirma el peor escenario que es encontrar a su hijo sin vida, eso también daría descanso a su alma ya que podría despedirse y guardar el consuelo de saber dónde se encuentra.

No obstante, su fe es grande y dice que hasta el último aliento guardará la esperanza de un reencuentro con su hijo.