Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Lilian Bonilla) – Este 10 de septiembre el calendario hondureño marca la celebración del Día del Niño, una de las fechas más especiales en un país donde una buena parte de sus habitantes pertenece a este segmento poblacional. La niñez de esta nación centroamericana afronta una espiral de retos que repercuten en sus estados emocionales.

– Problemas económicos y sociales aumentan trastornos mentales también en niños y adolescentes.

– Trastornos mentales en niños y adolescentes van en aumento y hay serias secuelas por la pandemia COVID-19

– Problemas de niñez y adolescencia se retratan en cifras desalentadoras en distintos sectores.

Constantemente son víctimas de los cotidianos entornos de violencia y muchas vidas de menores se apagan apenas al ser encendidas como parte de la vorágine en que el país transcurre. Las propias instituciones gubernamentales encargadas de velar por sus derechos más bien se convierten en escenarios donde son vulnerados.

La escuela, que debe ser el espacio seguro para muchos de ellos, termina por expulsarlos al carecer de programas eficaces que garanticen su aprendizaje. Miles de niños tienen que abandonar los recintos educativos para sostener a una familia o simplemente para migrar porque el país no les reconoce los principios fundamentales para asegurar este derecho garantizado en la Constitución.

Y así se cuentan los desafíos de una niñez históricamente descuidada al tenor de los problemas de los adultos que no son capaces de solucionar los problemas sociales a través del diálogo y la buena gobernanza.

¡Niños y adolescentes con problemas de salud mental! qué extraño dirían muchos, los adultos de forma constante suelen decir que los niños y adolescentes no tienen problemas y menos que estos los lleven a sufrir trastornos mentales, pues nada más equivocado, dicen los especialistas.

“Tenemos un incremento en el trastorno depresivo mayor y pánico que está afectando mucho a niños y adolescentes, antes no mirábamos tantos niños y ahorita hay un incremento importante”, dijo la psiquiatra Leticia Rueda.

Doctora Leticia Rueda.

¿Doctor, los niños y adolescentes también padecen de muchas patologías psicológicas?, consultó Proceso Digital al director del Hospital Psiquiátrico Santa Rosita, Josué Cáceres, a lo que contestó – Sí, en el hospital se cuenta con la única sala psiquiátrica en todo el país para atención y hospitalización de niños y adolescentes y también servicios de psicología-.

De hecho, es un área que “va en aumento, nosotros nos vimos obligados este año a abrir el servicio de la consulta externa en psicología para niños y adolescentes que lo tenemos también en colaboración con la UNAH”, amplió el galeno.

Se ha visto un aumento de patologías en los niños y adolescentes, en la sala Infanto Juvenil, se están atendiendo principalmente adolescentes entre 11 a 15 años, pero también menores desde los siete años.

Hemos tenido la experiencia en la consulta haciendo evaluaciones de niños y adolescentes que están generando muchas alteraciones a nivel conductual y emocional, especialmente después de la pandemia por COVID, afirmó en plática con Proceso Digital la psicóloga Gabriela Chavarría Martínez.

La psicóloga advierte que las secuelas del confinamiento siguen pasando factura y se deben atender y que los problemas sociales están desencadenando más los problemas de salud mental en este grupo poblacional.

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“Se han incrementado los pacientes que ingresan también por intentos suicidas y pacientes que generan crisis de ansiedad constante”, indicó la profesional.

Los niños con trastornos mentales pueden tener problemas muy serios en todo su entorno familiar y social.

Una realidad que se debe asumir

Para poder ayudar a niños y adolescentes y que puedan superar sus dificultades se debe asumir la realidad y enfrentar sus necesidades, ya que sin un diagnóstico temprano, ni tratamiento, los niños con trastornos mentales pueden tener problemas muy serios en todo su entorno familiar y social.

Los especialistas consultados por este medio de comunicación advierten que los trastornos mentales también pueden interferir en el desarrollo saludable del niño o adolescente, lo que le causara problemas que arrastrará hasta que sea adulto.

Según datos de la Organización Mundial de las Salud (OMS) y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), más del 20 % de los adolescentes en todo el mundo padece un trastorno mental.

Hay estudios que muestran que el 50 % de los casos de enfermedades mentales en adolescentes surgen antes de los 14 años.

Esas mismas estadísticas indican que cerca del 15 % de los adolescentes en entornos con ingresos medios y bajos han pensado en el suicidio, que es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años.

Estas mismas entidades alertan que cada vez más niños y jóvenes sufren trastornos mentales que pueden producir ansiedad, autolesiones o incluso llevar al suicidio.

El psiquiatra Josué Cáceres.

Impulsores y causas

El psiquiatra Josué Cáceres, explicó que los trastornos de salud mental son una consecuencia de una serie de factores que pueden tener orígenes biológicos, psicológicos y sociales que pueden predisponer, entonces la visión actual de las patologías psiquiátricas, es vista desde un enfoque biopsicosocial.

En este punto, el doctor Josué, la psicóloga Gabriela y la doctora Leticia, todos profesionales del área de salud mental, consultados, sobre la temática, por Proceso Digital, coincidieron que, en el país, las patologías mentales de niños y adolescentes van en aumento y que la situación económica y social del país tiene mucho que ver porque hay mucha pobreza, desempleo, migración y la violencia y criminalidad que está dejando muchas secuelas en los menores.

Los profesionales enfatizaron que el tema migratorio es un estresor muy importante. Muchos niños y adolescentes quedan con ese vacío o sensación de abandono porque incluso hay muchos padres que se van del país en busca de una mejor vida sin decirles a sus hijos y los dejan al cuidado de otros familiares.

“Es paradójico”, dijo la psiquiatra Leticia Rueda, porque los padres se marchan con la idea de dar una mejor vida a sus hijos, sin embargo, el abandono muchas veces crea problemas muy serios en la salud mental de los niños y adolescentes.

La psicóloga Gabriela Chavarría, anotó que el desempleo de los padres preocupa mucho a los menores, porque la angustia de los adultos siempre es percibida por los niños y más si se ven obligados a migrar por la falta de oportunidades.

Otros problemas que han detectado los especialistas es el incremento del consumo de alcohol y drogas, por parte de adolescentes, también anotaron puntos como la violencia sexual y doméstica y el bullying que es otro desencadenante de los trastornos mentales al que hay que poner atención, particularmente en los centros educativos.

“El abuso sexual de niños en estos momentos es terrible” y se da en el entorno familiar, lamentó la doctora Rueda.

Además, es importante que se tome en cuenta que los trastornos mentales en niños y adolescentes se dan en todos los estratos sociales porque prevalecen muchas familias disfuncionales con altos niveles de violencia; también influyen los estilos de crianza parental con sobreprotección o excesivamente punitivos.

En Honduras miles de niños tienen que migrar en núcleos familiares y muchas veces no acompañados.

Estar alertas para identificarlos

Los médicos piden que los padres o encargados de niños y adolescentes estén alertas a los síntomas y no tener miedo a pedir ayuda profesional ya que no es lo mismo para el caso que un niño o adolescente esté triste por alguna situación en particular, a que ya padezca depresión y la diferencia radica en la intensidad de los síntomas.

Entre algunos síntomas de alarma los especialistas mencionan el aislamiento, la irritabilidad, estar inquieto todo el tiempo, dificultad para dormir, tensión muscular, ataques de pánico, cambios de conducta, bajas calificaciones, llanto fácil, trastornos en el sueño y desinterés general.

Estadísticas que retratan la situación de la niñez y la adolescencia

Los desencadenantes enumerados por los profesionales de salud mental, para el deterioro psicológico de niños y adolescentes se evidencian en las lamentables cifras que dan un panorama que no es “nada alentador” para este grupo etario, expuso a PD, el coordinador del Observatorio de Derechos de la Niñez de Casa Alianza, Bertilio Amaya.

En el caso de la migración, Amaya expuso que según lo monitoreado por el Observatorio que dirige la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP) advierte que, el 99.7 % de las niñas y niños migrantes hondureños detenidos por el CBP es niñez no acompañada, y supera casi cinco veces el número de detenciones de menores de edad ocurridas durante 2020.

Asimismo, este año el Observatorio Consular y Migratorio de Honduras (CONMIGHO) reporta la deportación de 32,727 ciudadanos hondureños, de los cuales, 3,968 (12.1%) son menores.

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Y qué decir de los datos sobre violencia según la Secretaría de Seguridad, 2,534 menores de edad, han muerto de forma violenta en Honduras entre 2013 y 2023. El 88 % de los casos pertenecen a la tercera infancia, es decir, adolescentes entre los 13 y los 17 años, sin embargo, reportan la muerte violenta de niñas y niños de primera infancia (0 a 7 años) con 140 asesinatos.

Bertilio Amaya, de Casa Alianza.

Asimismo, más de mil 160 niños y niñas fueron desplazados a causa de la violencia en Honduras durante los años 2019 y 2021, según estadísticas del Comisionado Nacional de Derechos Humanos (Conadeh).

Las cifras también son alarmantes en las áreas de educación y salud, para el caso en educación sexual y reproductiva, se reporta que Honduras sigue siendo uno de los países con mayor número de embarazos en menores de edad.

La desnutrición y enfermedades también atacan a los niños, según el último recuento de las autoridades sanitarias, cuatro niñas y niños se encontraban ingresados en el Hospital Escuela, a causa del vector transmisor del dengue.  Además, el Sistema de Salud Nacional reporta que al menos 3 de cada 10 niños menores de 5 años de edad, sufren de desnutrición en Honduras.

También los datos indican que en Honduras el 55 % de las niñas y niños de entre 6 y 14 años de edad, padecen obesidad o sobrepeso 

marcado. La obesidad y sobrepeso es un problema de salud pública, cuya etimología incluye factores genéticos, metabólicos, psicosociales y ambientales.

Y en educación la situación también es precaria: en la actualidad, 73,782 niñas y niños se encuentran repitiendo el grado escolar en el país. Del total de alumnos en repitencia, 64,792 son de escuelas y colegios públicos, es decir, más del 87 %. En relación con los últimos cinco años escolares, el 2022 alcanzó la cifra más alta de repitencia, según lo retrata el Observatorio de Datos de Casa Alianza.

Más de un millón de niños y adolescentes entre 4 y 17 años de edad están fuera del sistema educativo en Honduras, de ellos más de 500 mil es por razones socioeconómicas como la pobreza, según alertó la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ).

Más que una mirada

Los profesionales detallan una amplia gama de trastornos de salud mental, en niños y adolescentes que además de la pandemia por COVID-19 son desencadenados por problemas estructurales del país y deben ser atendidos de forma eficiente y oportuna.

Los problemas de la niñez y adolescencia son graves y debe haber mayor concienciación pues después de lo expuesto por los especialistas y la realidad de las estadísticas, queda claro que sin duda alguna el estado actual de la niñez y adolescencia requiere mucho más que una simple mirada o un día de atención y fiestas superficiales el 10 de septiembre. LB