Washington – Los cambios impuestos en el sistema de inmigración de Estados Unidos debido a la pandemia de COVID-19 afectan el proceso de inmigración en las fronteras y la detención de inmigrantes, asegura un estudio divulgado este miércoles por el Consejo Estadounidense de Inmigración (AIC, en inglés)
En los últimos meses la Administración del presidente Donald Trump «impuso restricciones a la inmigración y los viajes, y controles más estrictos en la frontera», añadió el informe. «El Congreso aprobó y considera actualmente leyes de alivio con implicaciones para quienes no son ciudadanos».
El Gobierno «ha usado el brote de COVID-19 para llevar adelante los cambios restrictivos en las políticas de inmigración que ha buscado aplicar por muchos años», afirmó Jorge Loweree, del AIC.
«Muchos extranjeros en todo el país están en las primeras líneas de batalla ayudando a sus pares estadounidenses a luchar contra esta pandemia, y la inmigración es un elemento crítico en la recuperación de nuestra economía», agregó.
Según Ur Jaddou, del grupo DHS Watch que vigila las actividades del Departamento de Seguridad Nacional, «a los no ciudadanos se les ha impedido reunirse con miembros de su familia en EE.UU., se les ha impedido la obtención de estatus como migrantes legales o ciudadanos estadounidenses debido a la negativa a abrir caminos para que los extranjeros completen ciertos requisitos por internet».
El AIC recomendó que el Gobierno elimine las trabas burocráticas «que hacen difícil que muchos profesionales de la medicina vengan a Estados Unidos y contribuyan con sus talentos».
«La veda a los nuevos inmigrantes debería darse por terminada ya que es un intento apenas velado por aplicar cambios drásticos en nuestro sistema de inmigración arraigado en los lazos familiares, y no un intento genuino de ayudar a los trabajadores estadounidenses», agregó.
Según el AIC, la agencia de Protección de Aduanas y Frontera (ICE, en inglés) «debería desarrollar de inmediato planes para administrar los exámenes (de detección del coronavirus) en la frontera a las personas que buscan asilo y a los menores que llegan sin compañía de adultos».
Asimismo, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) «debería suspender todos los plazos para la presentación de documentos, y extender la situación de todos los no inmigrantes al menos por 90 días más allá de la emergencia nacional por COVID-19».
Esta agencia, afirma AIC, debería llevar a cabo por internet las ceremonias de juramentación de los nuevos ciudadanos a los candidatos ya aprobados.