Nueva York – Nueve meses después del inicio de la crisis creada por la covid-19, el 37 % de los latinos de edad avanzada y el 39 % de los afroamericanos luchan aún con la inseguridad alimentaria, comparado con el 25 % de la población en general en Nueva York, de acuerdo con un estudio dado a conocer este martes.
«Disrupting Racial & Ethnic Disparities», el más reciente estudio de la Asociación de Jubilados (AARP) sobre las condiciones de los adultos mayores de color en Nueva York, también muestra que los hogares de ancianos con al menos una cuarta parte de residentes afroamericanos o latinos han sido dos veces más propensos a ser afectados por la pandemia.
El estudio señala que el 25 % de las familias latinas y de raza negra enfrontaban problemas para pagar el alquiler de su hogar en mayo, comparado con el 14 % de los blancos, mientras que un 50 % de los inquilinos afroamericanos del estado estaban retrasados a finales de ese mes.
Destaca que un estudio previo al brote de la pandemia, el pasado marzo, encontró que el 34 % de los adultos en Nueva York saltaban una comida o reducían las porciones porque no tenían suficiente dinero para comprar alimentos.
También que a través del estado un 12 % de las personas mayores experimentan inseguridad sanitaria con negros y de latinos impactados de forma desproporcionada y que la pandemia empeoró esa situación.
Recuerda que 1,2 millones enfrentaban inseguridad alimentaria en el estado antes de la pandemia y que ese número está ahora cerca de 2,2 millones, aproximadamente el 25 por ciento de la población.
De acuerdo con el informe, el tercero de este tipo que realiza AARP junto a otras organizaciones, las tasas de desempleo alcanzaron casi el 19 % en abril entre los latinos y el 17 % entre los afroamericanos.
En julio, el desempleo para El Bronx, el condado de mayoría latina más afectado per cápita por la pandemia, alcanzó el 24,9 %.
Agrega que la covid-19 está aumentando las disparidades en la vivienda por raza e ingresos y entre las recomendaciones del estudio figura que se realice un análisis independiente del manejo por parte del estado de los hogares de ancianos y otros centros de atención a largo plazo desde el comienzo de la pandemia.
Insta además a la creación de un grupo de trabajo de las partes interesadas para promover modelos que propicien un cambio.
Sugiere financiar adecuadamente servicios asequibles y basados en el hogar y la comunidad que ayuden a los residentes a envejecer en sus hogares en lugar de ancianatos que son mucho más caros y, en su mayoría, financiados por los contribuyentes.
Igualmente propone que se aumente la inscripción al Programa Suplementario de Asistencia Nutricional y asegurar que los beneficiarios puedan comprar alimentos en línea y que se les entregue en sus hogares.
Para los neoyorquinos que afrontan problemas con su vivienda por la pandemia, piden que se garantice un abogado a inquilinos con un ingreso de hasta el 400 % del nivel federal de pobreza para ayudarles a luchar contra los desalojos injustificados.
La organización recomienda además que se cree un programa de vales de acceso a viviendas para los sin techo o que se enfrentan a una pérdida inminente de vivienda en el estado.
«Este informe muestra lo que hemos estado escuchando durante meses: que los adultos mayores de color de Nueva York se han visto afectados desproporcionadamente por la pandemia, tanto en términos de su salud como de su seguridad financiera», señaló la directora de AARP en Nueva York, Beth Finkel.