Nueva York – Los organizadores del Abierto de Estados Unidos anunciarán el miércoles que el torneo, el último de los cuatro ‘Grand Slam’ que se disputan al año, sí se jugará en el 2020 y su comienzo será el próximo 31 de agosto, según varias fuentes periodísticas.
La realización del certamen se aprobó después de que los organizadores llegaran a un acuerdo con la ATP y la WTA, las principales asociaciones mundiales que acogen a varones y damas en este deporte.
La Asociación de Tenis de Estados Unidos (USTA, en inglés) está a la espera de la aprobación de los funcionarios de salud estatales del estado de Nueva York al plan de seguridad que les fue presentado.
Los organizadores del US Open comenzarán a trabajar a partir del 16 de agosto en Flushing Meadows, donde se va a disputar este año.
La Copa Rogers en Canadá se eliminará del calendario y el Western & Southern Open (Cincinnati), que normalmente se juega en Mason (Ohio), comenzaría una semana antes del Abierto, pero también en las pistas de Flushing Meadows para crear un entorno en cuarentena durante tres semanas.
El torneo de Cincinnati será el segundo que se dispute tras la suspensión de la competición, en el circuito profesional, desde el pasado marzo por causa de la pandemia del coronavirus, y servirá de prueba para el abierto estadounidense.
Tanto los hombres como las mujeres normalmente juegan en Cincinnati dos semanas antes, como última puesta a punto.
El Winston Salem Open, que la mayoría de los mejores jugadores se saltan, quedará eliminado. Normalmente se juega la semana anterior al US Open.
El portavoz de la USTA, Chris Widmaier, confirmó hace una semana que el torneo, de disputarse, se haría sin aficionados en las gradas.
El Abierto de este año tampoco tiene mucha flexibilidad en el calendario ya que el Roland Garros cambió su fecha original del 26 de mayo a finales del mes de septiembre por la pandemia.
Una semana después que concluya el Abierto de Estados Unidos comenzará la acción en París.
Jugadores como el español Rafael Nadal, campeón en 2019, y el serbio Novak Djokovic, entre otros, se han quejado de las reglas restrictivas sobre el entorno de burbujas en el torneo, con reducido séquito y obligados a quedarse en hoteles del área del aeropuerto de La Guardia y con la prohibición de visitar Manhattan.
Todavía existe la posibilidad de que los tres ‘más grandes’ del tenis masculino se ausenten del Abierto ya que Roger Federer optó por someterse a otro procedimiento menor de rodilla y regresar para 2021.
Por su parte, la estadounidense Serena Williams, que buscará su séptimo título en el Abierto de Estados Unidos, tampoco tiene claro si al final va a participar este año, debido a que no desea estar alejada de su hija Olympia, que el 1 de septiembre cumple tres años.