Tegucigalpa – El trabajo remunerado de mujeres en el hogar sigue siendo mal pagado y se equipara a la explotación infantil en Honduras, donde más de 134,000 personas, muchas de ellas menores de edad, se dedican a ese oficio, alerta un estudio divulgado este martes en Tegucigalpa.

La situación para el trabajo doméstico remunerado en Honduras «es precaria», especialmente en las mujeres, donde se han identificado «bajos salarios, casi inexistentes condiciones legales que les permita asegurar sus derechos laborales, jornadas extenuantes de trabajo que sobre pasan las 12 horas diarias y condiciones de violencia que muchas de ellas sufren», señala el documento.

El estudio titulado «DEMOMUJER: Trabajo Doméstico Remunerado» destaca que las mujeres están expuestas a este tipo de oficio desde los 15 años de edad, mientras que los hombres comienzan entre los 19 y 24 años.

«Las mujeres son las que desarrollan el trabajo doméstico en los hogares, como prolongación del que realizan en sus casas, solo que remunerado, debido a que se asume que el trabajo doméstico es natural en las mujeres», subraya el informe, cuya principal investigadora es la hondureña Irina Bande.

La investigación además señala que, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en Honduras hay más de 134.000 personas en el trabajo remunerado en el hogar, el 5 % de esa población se concentra en Tegucigalpa, la capital.

EXPLOTACIÓN INFANTIL

Bande aseguró a Efe que en Honduras hay «una explotación infantil tremenda en el marco del trabajo doméstico remunerado que no está regulado por el Gobierno».

En el país centroamericano la edad mínima para labores se sitúa legalmente en los 16 años, pero el adolescente sólo puede trabajar fuera del horario escolar y no más de seis horas al día, añadió.

«Según el Código de la Niñez, las niñas y los niños pueden trabajar bajo supervisión y sin ser explotados, pero el trabajo doméstico remunerado ya de por si en la persona adulta hay una explotación, no digamos en las niñas», enfatizó.

Al menos el 12 % de los niños y adolescentes hondureños de entre 5 y 17 años trabaja, principalmente en labores agrícolas, actividades domésticas y en negocios, y la mayoría de ellos no asiste a la escuela, según organizaciones humanitarias.

«Nosotros encontramos que hay trabajadoras domésticas menores de 15 años, que están trabajando en hogares de manera cautivas», afirmó.

Esto supone una «vulneración a sus derechos, porque esas niñas deberían estar estudiando», agregó la investigadora principal del estudio, auspiciado por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

TRABAJO DOMÉSTICO VERSUS TRATA DE PERSONAS

«Las personas va a traerlas (a las niñas) a los pueblos, se las llevan a trabajar como domésticas con el pretexto de que las van a poner a estudiar, las van a tratar como familia (…) pero por la sobrecarga laboral no dan el rendimiento en el colegio las retiran y les dicen que son tontas», explicó.

El informe indica que el trabajo remunerado de mujeres en casa «es subvalorado, contrario al caso de los hombres, que gozan de mejores condiciones laborales, muchos de ellos con contratos, seguro social y hasta salario mínimo».

Según cifras oficiales, la mujer que trabaja en casa debe recibir un salario mensual de 4.800 lempiras (193 dólares), pero en el caso de las niñas, añade la investigadora, «a veces no les pagan o les entregan 1.000 lempiras (40 dólares) a sus padres».

«Eso es una modalidad de trata de personas, las familias comercializan con sus hijas el servicio doméstico y ellas cobran, no es que las niñas se lucran de su propio trabajo», enfatizó.

Sobre el nivel educativo, las «sirvientas», manera despectiva para referirse a las empleadas domésticas, representan «un mayor porcentaje de estudios a nivel secundario en relación con los hombres; Sin embargo, son pocas las que logran acceder a la universidad, siendo los hombres los que llegan a concretarlo», señala el estudio.