Tucson (EE.UU.) – Un juez en Arizona (EE.UU.) determinó este miércoles que el próximo 21 de marzo comenzará el juicio contra el ranchero George Alan Kelly, acusado de matar a tiros a un migrante mexicano en la frontera.
El juez de la Corte Superior del Condado de Santa Cruz, Thomas Fink, anunció la nueva fecha para el inicio del juicio, el cual previamente había sido programado para septiembre pasado.
Fink hizo el anuncio después de que hoy se cumpliera la fecha límite para que Kelly aceptara un acuerdo de culpabilidad ofrecido por la Fiscalía. Bajo este acuerdo el ranchero se hubiera declarado culpable de homicidio negligente y recibido una sentencia de cuatro a ocho años de prisión.
El inicio del juicio fue aplazado debido a una apelación interpuesta por la defensa, que objetaba que mensajes de texto enviados por el ranchero fueran utilizados en su contra.
Kelly, de 75 años de edad, enfrenta un cargo de asesinato en segundo grado y cargos por agresión por disparar contra un grupo de migrantes que cruzaban por su propiedad el 30 de enero de 2023.
El estadounidense es acusado de matar a tiros al mexicano Gabriel Cuen Buitimiea, quien junto a un grupo de migrantes cruzaba por el rancho del acusado en la frontera entre Arizona y México.
Los cargos de asesinato en segundo grado llevan a una sentencia de 10 a 25 años de prisión.
Una corte de apelación determinó en meses recientes que la Fiscalía puede interrogar nuevamente a la esposa de Kelly, y autorizó que se usaran con “cautela” mensajes de texto en los que el ranchero decía que había “puesto en el suelo a por lo menos 27 migrantes”.
En otro mensaje dijo que su rifle recientemente había tenido mucha “acción” y que “estaba listo y cargado”.
El migrante mexicano recibió varios tiros por la espalda.
El ranchero aseguró que solo se defendió ya que considero que el grupo era una amenaza para él y su esposa.
Este caso ha avivado el debate en torno al incremento en el flujo migratorio.
Algunos grupos en las redes sociales han llamado a Kelly un “patriota” que solo ejerció su derecho a portar armas y defenderse de la “invasión” que se vive en la frontera.