Río de Janeiro – El estadio Maracaná, mayor templo del fútbol brasileño y uno de los más legendarios del mundo, conmemoró este martes los 70 años de su fundación sin una fiesta, cerrado para el público por la pandemia y con uno de sus anexos convertido en hospital de campaña para pacientes con COVID-19.
El estadio ‘Periodista Mario Filho’, más conocido como Maracaná por el barrio en que está ubicado y que ya fue el mayor del mundo, no abrió sus puertas debido a las medidas de distanciamiento social impuestas por las autoridades de Río para frenar el avance de la pandemia, por lo que el aniversario se limitó a una conmemoración musical y a un acto virtual transmitido por las redes sociales.
La conmemoración virtual comenzó al mediodía de este martes con una presentación de la orquesta del Cuerpo de Bomberos que interpretó el tradicional ‘Feliz cumpleaños’ y otros clásicos musicales de Río de Janeiro, como ‘Ciudad Maravillosa’ (una especie de himno informal de la ciudad) y ‘Domingo (voy al Maracaná)’.
Las conmemoraciones concluirán en la noche con un espectáculo de luces en el estadio al que podrán acudir pocos debido a que la Policía «reforzará la seguridad para impedir aglomeraciones».
«El Maracaná es el principal palco del fútbol en el mundo y un orgullo para Río de Janeiro. Es sinónimo de alegría y emoción por eso no podíamos pasar en blanco en esta fecha», según un comunicado de la gobernación de Río de Janeiro, estado propietario del estadio.
El gobernador Wilson Witzel destacó que le devolvió la gestión del estadio a los clubes, ya que su concesión fue otorgada a un consorcio creado por los clubes Flamengo y Fluminense, «lo que resultó en un significativo aumento en la frecuencia del público».
«El aniversario del Maracaná es un marco y no podría pasar en blanco. Y confiamos en que, así que todo pase, tendremos este año en el Maracaná la final de la Copa Libertadores de América», dijo por su parte el secretario regional de Deportes, Felipe Bornier.
Además, agregó, «hay que destacar que el Complejo del Maracaná está contribuyendo, con sus estructuras físicas, para salvar vidas» de pacientes en tratamiento de COVID-19.
El antiguo estadio de atletismo Celio de Barros, uno de los anexos del Maracaná, fue convertido desde abril en hospital de campaña para pacientes con COVID-19, cuya pandemia ha castigado especialmente a Brasil, el segundo país con más muertes (44.148) y casos (891.896) por la enfermedad en el mundo.
Entre las homenajes por el aniversario destaca una exposición ‘online’ en el portal «eMuseo do Esporte», de fotografías de «algunos de los momentos históricos más emocionantes del estadio».
Y tales momentos son numerosos y legendarios ya que el Maracaná es testimonio de las finales de los Mundiales de 1950 y de 2014 y, en 1969, del milésimo gol de Pelé.
Además de albergar los Juegos Panamericanos de 2007 y la final de fútbol de los Juegos Olímpicos de Río 2016 -con oro para Brasil-, el estadio carioca también ha acogido conciertos de artistas como Frank Sinatra, Madonna, Paul McCartney y The Rolling Stones.
En su cancha, en la que Brasil lloró la derrota ante Uruguay en la final del Mundial de 1950, brillaron genios como Didí, Garrincha, Pelé, Romário y Ronaldo, los considerados por la FIFA como mejores jugadores de los Mundiales de Suecia 1958, Chile 1962, México 1970, EE.UU. 1994 y Corea del Sur-Japón 2002, en los que Brasil se quedó con el título.
En el Maracaná Brasil conquistó los títulos de la Copa América de 1989, con Romario como su principal figura, y de 2019, con Dani Alves como capitán.
En el estadio de Río, el Santos de Pelé, pese a ser un club del vecino estado de Sao Paulo, dio el primer paso para conquistar el Mundial Interclubes de 1962 frente al Benfica y conquistó el de 1963 sobre el Milán.
El Corinthians, otro club del estado de Sao Paulo, también conquistó un Mundial de clubes en el Maracaná, en 2000, frente al también brasileño Vasco da Gama en que brillaban Romário y Edmundo.
El estadio también es de gratos recuerdos para el fútbol femenino ya que fue el palco en que la selección brasileña goleó por 5-0 a la estadounidense en la final de los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007 y conmemoró el título ante 70.000 espectadores.
El estadio comenzó a ser construido en 1947 y fue inaugurado el 16 de junio de 1950, en vísperas de la inauguración del Mundial de ese año. En 1966 fue bautizado con el nombre de ‘Periodista Mario Filho’ en homenaje a quien lideró la campaña para que Brasil construyera el mayor estadio del mundo en el barrio de Maracaná.
Pero el estadio en el que llegaron a disputarse partidos con 200.000 espectadores, lo que le valió el título de mayor del mundo durante varios años, actualmente solo tiene capacidad para 78.838 hinchas, como consecuencia de diferentes reformas para modernizarlo y adecuarlo a las exigencias de la FIFA para mundiales.
La necesidad de ofrecerle sillas numeradas a todos los hinchas y de crear balcones para invitados y patrocinadores, así como otros lujos, redujo la capacidad del estadio y extinguió la Tribuna General («Geral»), en el que la visión sobre la cancha no era la mejor, pero los bajos precios de las entradas garantizaban llenos y mucha fiesta.