Andrés Gutiérrez Usillos, comisario de la muestra del Museo de América que presenta "La hija del virrey. El mundo femenino novohispano en el siglo XVII", que parte de un retrato localizado en el Prado que representa a una dama ricamente vestida junto a una indígena con el rostro totalmente tatuado, cuyos orígenes se han investigado. EFE

Madrid – El Museo de América de Madrid inauguró hoy una exposición sobre el universo femenino de la América virreinal a partir de un cuadro que representa a una dama española ricamente vestida y una indígena tatuada del siglo XVII.

Se trata de María Luisa de Toledo, hija del virrey de Nueva España Antonio Sebastián de Toledo, y su esclava, que dan nombre a esta muestra: «La hija del virrey. El retrato femenino y el ajuar novohispano del siglo XVII», que puede verse hasta el 3 marzo próximo.

El comisario de la exposición, Andrés Gutiérrez, encontró el lienzo hace más de diez años entre los fondos del Museo del Prado, cuando trabajaba allí, y se dio cuenta de que era un documento pictórico nunca estudiado.

Años después, ya como conservador del Museo de América, quiso seguir investigándolo atraído por esa indígena enana con la cara tatuada.

Su equipo de conservadores llegó a la conclusión de que fue pintado en torno a 1670 en México, y no en Madrid como se creía, por lo que esta investigación ha supuesto una nueva interpretación, que documenta todo un contexto histórico.

«Debía de ser una persona muy diferente, no por su estatura, sino por sus tatuajes. En las ciudades coloniales esto era normal, pero en la España del siglo XVII esto tendría que haber sido un choque cultural para aquellos que nunca hubieran viajado a tierras americanas», según explicó Gutiérrez a Efe.

Gracias a este interés del Museo de América, el visitante podrá sumergirse en el universo femenino de esta época, el de la Corte de México y el del mundo indígena chichimeca, así como la convivencia entre ambos mundos tan lejanos y tan unidos representados con estas dos mujeres, cuyas vidas se entrecruzaron alrededor de 1670.

La muestra reúne mobiliario, pinturas, cerámica, joyas y otros elementos como pequeños perfumadores, imprescindibles para las damas de la alta clase española.

El recorrido ofrece la posibilidad de conocer de cerca el lujo asiático con el que se vistió la corte virreinal de América porque, como representantes de la Corona española, cuenta Gutiérrez, la demostración de poder, el protocolo o la ostentación eran reglas básicas y esenciales para funcionar en ese nuevo mundo.

Y de la riqueza de la corte al mundo de esa misteriosa indígena chichimeca, donde prevalece la piel de sus trajes, las plumas de sus adornos, sus arcos y flechas o los lienzos donde se da muestra de la libertad y «rebeldía» de este pueblo indígena.