Jamastrán (Honduras) – El departamento de El Paraíso, en el oriente de Honduras, por donde la tormenta tropical Iota ingresó a este país centroamericano ha quedado incomunicado en varias de sus regiones a causa de las inundaciones de los ríos que atraviesan esta región.
Las crecidas de varios de los ríos y quebradas cortaron el paso en la carretera que conduce desde la ciudad de Danlí hasta el municipio de Trojes, fronterizo con Nicaragua.
Entre Danlí y Trojes se localiza el extenso valle de Jamastrán, conocido por su alta producción de granos básicos además de una rica actividad ganadera, mientras que en sus montañas se cultiva mucho el café.
MUCHOS CAMPESINOS PERDIERON COSECHAS DE MAÍZ Y FRÍJOLES
«Aquí se inundó todo y el agua nos arrastró maíz, fríjoles y también gallinas, perros y gatos se los llevó», dijo a Efe en la aldea Matasano, el campesino Felicito Castro mientras mostraba los daños que le dejó la crecida del río San Francisco.
Agregó que los daños causados por el agua al cultivo de maíz que estaba próximo a ser cortado es grave porque las mazorcas del grano se han podrido y ya no son aptas para el consumo.
De igual modo mostró la destrucción que el fenómeno natural dejo en los cultivos de fríjoles, que están intercalados con las milpas de maíz.
Aunque el agua del río San Francisco ha bajado en su nivel, el panorama es desolador en esta región que ha quedado incomunicada por lo menos entre unas siete comunidades, según relatos de sus pobladores que están clamando ayuda gubernamental para rehacer su vida normal después de los daños causados hace dos semanas por la tormenta tropical Eta y ahora por Iota que salió el martes por el departamento de Valle y entró a El Salvador hasta disolverse en el Pacífico.
UN CABLE Y UNA CANASTA IMPROVISADA PARA CRUZAR UN PUENTE DAÑADO
La comunicación entre Danlí y Trojes está interrumpida a la altura de la aldea Redonda del Águila, donde su pequeño puente quedó aislado por las fuertes crecidas del río El Águila.
En este punto del valle de Jamastrán, las personas que se dirigen hacia Trojes o a Danlí pueden cruzar el paso del puente a través de un cable sostenido desde una de las cabeceras del puente y unos postes en el otro extremo, para que las personas puedan ir colgadas en una improvisada silla sostenida por cuatro lazos.
Por el cruce de un lado a otro, ya sea de ida a Trojes o a Danlí, se cobra 20 lempiras (menos de un dólar), dijo a Efe Francisco Calderón, un anciano que forma parte del comité de la comunidad de la aldea.
Relató además que cuando el paso de Eta el agua ya había causado un daño severo y que fue reparado, pero con Iota de nuevo ha sido destruido.
Francisco considera que en la reparación que se hizo después del paso de la tormenta Eta el material no fue lo suficientemente compacto para soportar la nueva crecida de la quebrada del Águila.
Efe pudo constatar el cruce de varias personas por las aguas agitadas todavía que inundaron los cultivos, principalmente de maíz, sembrados en sus orillas.
Uno de los pobladores cruzaba la quebrada con una bicicleta levantada en sus brazos, mientras que otro solo llevaba sus zapatos y estuvo a punto de ser arrastrado por la corriente.
Además, Francisco dijo que hay al menos siete comunidades que quedaron incomunicadas desde la Redonda del Águila hasta el municipio de Trojes, una región que trae también malos recuerdos para los hondureños de esta zona porque en los años 80 y los 90 del siglo pasado fue un territorio ocupado y controlado por los contras de Nicaragua que combatían al régimen sandinista de Daniel Ortega.
A la aldea de Matasano y otras regiones afectadas en el departamento de El Paraíso llegó su gobernador, José Antonio Urrutia, quien dijo a Efe que estaban realizando un estudio sobre los daños ocurridos en la zona para enviarles ayuda inmediata y que en algunas comunidades fueron abiertos albergues para atender a damnificados, y que se ha contado además con ayuda del ejército para auxiliar a los afectados en esta región del país.
Añadió que son varias las comunidades que han quedado incomunicadas ya sea por deslizamientos de tierra o daños en las carreteras y puentes que cruzan el departamento de El Paraíso, uno de los más productivos de Honduras, que colinda con Nicaragua.
FENÓMENO DEJA GRAVES DAÑOS
Las pocas horas que duró el recorrido que hizo la tormenta tropical Iota dejaron mucha destrucción material, principalmente, a la agricultura y obras de infraestructura como carreteras y puentes, lo mismo que casas de familias humildes de campesinos, muchas de ellas construidas con adobe y láminas de zinc y en otros casos de pobreza muy extrema con bahareque o tablas de madera rustica.
Iota, que se considera como un fenómeno natural de consecuencias catastróficas, ha causado daños en todo Honduras, sus efectos comenzaron a sentirse el domingo en la región de la Mosquitia, departamento de Gracias a Dios, colindante con Nicaragua, donde hubo precipitaciones que superaron los 200 milímetros, según expertos en meteorología.
El fenómeno también causó inundaciones en toda la región caribeña de Honduras y el oriente, que conforman Gracias a Dios, Olancho y El Paraíso, lo mismo que en toda la zona costera que abarca los departamentos de Atlántida, Cortés e Islas de la Bahía, y en Yoro (norte), Comayagua (centro), y los restantes en el occidente que colindan con Guatemala y El Salvador.
Hasta ahora no hay una cifra exacta de las pérdidas causadas por los dos fenómenos naturales, que globalmente han dejado alrededor de 80 muertos, mientras que las pérdidas económicas según algunos analistas podrían superar los 3.000 millones de dólares.
Según organismos de socorro, más de 3 millones de hondureños resultaron afectados por los dos fenómenos naturales y la cifra de albergados rondaría los 100.000.