Copenhague – El director del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, David Beasley, alertó este jueves del peligro de una «pandemia del hambre» al recibir el Nobel de la Paz en un acto virtual celebrado en Oslo y en Roma por el coronavirus.
Beasley denunció que 270 millones de personas, más que toda la población de Europa Occidental junta, «caminan hacia la inanición» debido a las guerras, el cambio climático, el uso del hambre como arma militar y política, y la pandemia de coronavirus, que agudiza todos los problemas anteriores.
«El fracaso en responder a sus necesidades causará una pandemia del hambre que eclipsará el impacto de la COVID. Y si eso no fuera suficientemente malo, de esos 270 millones, 30 millones dependen al 100 % de nosotros para sobrevivir», dijo Beasley desde la sede del PMA en Roma.
El mundo se encuentra «a las puertas de una hambruna», denunció Beasley, quien resaltó que el Nobel de la Paz es más que un agradecimiento, es «una llamada a la acción».
«LLORANDO POR LOS QUE NO PUDIMOS SALVAR»
El máximo responsable del PMA destacó que la riqueza mundial asciende a 400 billones de dólares y que incluso en el auge de la pandemia se generaron otros 2,7 billones en 90 días, mientras que para salvar 30 millones de vidas del hambre solo se necesitan 5.000 millones de dólares.
Aunque el PMA dio de comer el año pasado a 100 millones de personas, Beasley incidió en que él no se acuesta cada día pensando en los niños salvados, sino «llorando por los que no pudimos salvar».
«Cuando no tenemos dinero suficiente y el acceso que necesitamos, tenemos que decidir qué niños comen y qué niños no; qué niños viven y qué niños mueren. ¿Les gusta ese trabajo?. Por favor, no nos pidan que decidamos quién vive y quién muere», le dijo Beasley a los líderes mundiales.
LA ALIMENTACIÓN «ES EL CAMINO A LA PAZ»
La comida es «sagrada» y su poder radica en que «nos reúne en nuestra humanidad común», aseguró Beasley, quien citó a Martin Luther King y a Jesús de Nazaret, y sostuvo que la alimentación «es el camino a la paz».
El director del PMA recibió el premio de manos de Lisa Pelletti Clark, presidenta de la Oficina Internacional por la Paz, organismo que ganó el Nobel de la Paz en 1910.
El PMA ha sido galardonado por sus esfuerzos en la lucha contra el hambre, por prevenir su uso como arma de guerra y contribuir a mejorar las condiciones para la concordia en áreas en conflicto, recordó hoy desde Oslo la presidenta del Comité Nobel noruego, Berit Reiss-Andersen.
«Creemos también que el PMA, una agencia humanitaria de la ONU con responsabilidad global, representa exactamente el tipo de cooperación internacional y compromiso que el mundo necesita con urgencia hoy», manifestó Reiss-Andersen del Instituto Nobel de Oslo.
El Comité Nobel noruego pretendía inicialmente organizar este año una ceremonia reducida en la Universidad de Oslo, y no en el Ayuntamiento, pero a mediados de noviembre fue suspendida por el empeoramiento de la pandemia en Europa, lo que impedía el viaje a Noruega de Beasley.
El plan es que el director del PMA viaje el próximo año a la capital noruega y pueda pronunciar entonces el discurso de aceptación en el Ayuntamiento, además de participar también en el tradicional banquete con el comité y la familia real.
LA CEREMONIA EN ESTOCOLMO TAMBIÉN SERÁ VIRTUAL
La pandemia ha alterado la ceremonia donde se reparten el mismo día el resto de galardones en Estocolmo, que también será virtual y sin premiados, aunque se incluirán imágenes grabadas esta semana cuando recibieron el Nobel en sus países de residencia.
El de la Paz es el único de los seis galardones que se otorga y se entrega fuera de Suecia, en Oslo, por deseo expreso del creador de los premios, Alfred Nobel, ya que en su época Noruega formaba parte del reino sueco.
Todos los premios están dotados este año con 10 millones de coronas suecas (950.000 euros, 1,1 millones de dólares), a repartir en caso de que haya varios galardonados en la misma categoría.