Miami – El recinto cubierto Pomona Fairplex, en el condado de Los Ángeles, al sur de California, recibió la noche del sábado al primer grupo de menores indocumentados que empezará a albergar en sus instalaciones.
Según medios locales, a este coliseo llegaron unos 200 menores de entre 7 y 14 años, en su mayoría originarios de El Salvador y Guatemala, desde donde se espera puedan ser reunidos con sus familiares en Estados Unidos o familias de acogida.
El Pomona Fairplex, que tendrá una capacidad de hasta unos 2.500 menores, es el segundo albergue de emergencia que se pone en funcionamiento en el condado angelino, después del levantado en el Centro de Convenciones de Long Beach, para acoger de forma temporal a los niños indocumentados que llegan a la frontera sur.
«Estos niños, como saben, han sufrido abuso, persecución, pobreza profunda y violencia, y simplemente buscan refugio», dijo esta semana la supervisora del condado, Hilda Solís, que se reafirmó que es «una obligación» ayudar a los menores.
Los menores albergados en Pomona contarán con un lugar para dormir y un comedor y tendrán acceso a actividades recreativas, educación y servicios médicos y de salud mental.
Este albergue, como los otros levantados en ciudades como San Diego y Dallas (Texas) son supervisados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), que tiene a su cargo a casi 20.000 niños que cruzaron la frontera sin compañía de un adulto.
Esta semana, en una entrevista que dio a la cadena NBC, el presidente Joe Biden señaló que tras las altas cifras de menores que llegan a la frontera con México registradas hace unos meses ahora han logrado tomar el control.
«Hace un mes teníamos a miles de niños en custodia en lugares donde no deberían estar, controlados por la Patrulla Fronteriza. Ahora hemos reducido eso dramáticamente», sostuvo.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, indicó esta semana que la cifra de niños bajo custodia de la Patrulla Fronteriza ahora es de 954, lejos de los 5.667 que tuvieron que permanecer en sus instalaciones en el pico de la crisis.
Además, señaló que han reducido de 133 a 28 horas el tiempo que los pequeños deben permanecer en poder de la Patrulla Fronteriza antes de ser transferidos a los albergues designados por el Gobierno y en los que la custodia se transfiere principalmente a sus padres o un familiar en Estados Unidos.