Tegucigalpa – La autoridades municipales de Gracias, Lempira, entregaron las llaves de la ciudad a monseñor Walter Guillén, primer obispo de la recién creada diócesis de Gracias.
“Me parece un gesto de buena voluntad y de acogida… al abrirme las llaves de la ciudad se me está dando la ciudad entera y ciertamente esta es mi ciudad y mi diócesis”, expresó el religioso sobre la acción de las autoridades municipales de Gracias, departamento de Lempira, occidente de Honduras.
Recordó que en el pasado se han entregado las llaves de la ciudad a artistas y deportistas, por lo que consideró importante que en esta ocasión el gesto sea hacia su persona en representación de la Iglesia Católica de Honduras.
“Esto es un gesto de apertura del corazón”, agregó al tiempo que compartió que gusta mucho de la historia, incluso el estudio histórico es uno de los principales pasatiempos.
Al respecto compartió que Gracias tiene una historia lineal y clara de seguir.
Cabe recordar que en abril el papa Francisco erigió una nueva diócesis en Honduras, la misma se instalará en el municipio de Gracias.
El pontífice nombró como primer obispo de la diócesis de Gracias a monseñor Walter Guillén Soto, quien se desempeñaba como obispo titular de Nasbinca y auxiliar de Tegucigalpa.
La nueva diócesis de Gracias contará con territorio desmembrado de la diócesis de Santa Rosa de Copán, convirtiéndola en sufragánea de la misma iglesia Metropolitana de Tegucigalpa.
La nueva diócesis de Gracias cuenta con 21 parroquias, 28 sacerdotes diocesanos, 17 seminaristas y 22 religiosas.