Madrid – España, uno de los líderes mundiales en turismo, respalda un pasaporte de vacunación en la Unión Europea y considera clave que pueda estar operativo antes del verano para que facilite la movilidad.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, analizó este miércoles con varios de sus vicepresidentes y ministros este asunto y coincidieron en que es fundamental recuperar cuanto antes la movilidad internacional y hacerlo de forma coordinada y con plena seguridad sanitaria, según informó el Ejecutivo.
Resaltaron que los certificados de vacunación o «Green Digital Pass», según la denominación propuesta por la Comisión Europea, serán un instrumento importante para facilitar la vuelta a una movilidad segura.
La posibilidad de que este pasaporte esté en marcha antes del verano es vital para países que, como España, tienen su economía muy ligada al turismo tras un año desastroso debido a la pandemia.
España, que es el segundo país del mundo con más viajeros procedentes del exterior (83,7 millones en 2019), se vio gravemente afectada por el freno de la actividad turística debido a la COVID-19, y en 2020 pasó a recibir 18,9 millones de visitantes extranjeros un 77,3 % menos que el año anterior, según cifras oficiales.
Como consecuencia, el turismo pasó de representar del 12,4 % del PIB en 2019, al 4,3 % en 2020, según Exceltur, asociación que agrupa a las principales empresas del sector.
España apuesta por incluir no solo datos de vacunación sino también otros elementos sanitarios como las pruebas PCR, si se ha superado el coronavirus o si se poseen anticuerpos.
No obstante, afirma que la implantación de esta herramienta nunca será discriminatoria para las personas no vacunadas, ya que podrán seguir viajando de acuerdo con las indicaciones sanitarias.
Durante la Cumbre de jefes de estado y de Gobierno de la UE del pasado 25 de febrero aumentó el interés entre los mandatarios por tener en verano un certificado de vacunación, propuesta de países que son destinos turísticos tradicionales, como España y Grecia.
Sin embargo, aún persistieron dudas entre algunos miembros de la Unión sobre el uso exacto que se le debe dar al documento, para no crear privilegios a la hora de viajar para las personas que se han vacunado.