Tegucigalpa.- El coronel Roberto Mendoza Garay, ex jefe de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) y excombatiente de la guerra de 100 horas que su país libró hace 50 años contra El Salvador, por un centenario contencioso limítrofe y migratorio, presentó este sábado su libro «1969 La guerra que ganamos».

«Si hablamos de quién ganó la guerra, por supuesto que nadie ganó nada, que los dos países perdieron, pero en lo que respecta al combate aéreo, la Fuerza Aérea Hondureña le ganó a la Fuerza Aérea Salvadoreña», dijo a Efe Mendoza Garay antes de presentar su libro en la FAH.

La obra, descrita como «de carácter testimonial» por el historiador Mario Argueta, fue presentada en el Museo del Aire de la FAH, que conserva, entre otros aparatos, un modelo T-28, de hélice, similar al que pilotó Mendoza Garay en el conflicto bélico de julio de 1969.

Según Mendoza Garay (1946), quien cuando la guerra era subteniente de aviación, en infantería el conflicto «lo ganó el Ejército salvadoreño, que estaba mejor armado, con más municiones y con más hombres, pero no pudieron tomarse el sur de Honduras, ni llegar hasta Puerto Cortés (Caribe) como pretendían».

El excombatiente de guerra, quien asegura que derribó un avión de salvadoreño y averió otro, también relata en el libro incidentes armados que se dieron antes de la guerra y crisis que se derivó luego de que Honduras procedió a expulsar a salvadoreños que vivían en el país, quienes en su mayoría se dedicaban a la agricultura.

Los salvadoreños tenían problemas porque sus autoridades no podían resolver las demandas de tierras en su país, por lo que Honduras representaba un paraíso para ellos, indicó Mendoza Garay.

Según Mendoza Garay, los salvadoreños sorprendieron a Honduras al invadirla el 14 de julio de 1969, y aunque dice abogar porque no haya más guerras en Centroamérica, considera que su país debe estar preparado siempre y ejercer supremacía aérea porque puede ser víctima de otra agresión.

Otros pilotos como el coronel Francisco Andino, también combatiente de la guerra de 1969, y coroneles de Infantería, además de familiares de Mendoza Garay, figuraron entre los invitados a la presentación del libro, lo mismo que nuevas generaciones de pilotos de la FAH.

A pocos metros del hangar donde se celebró el evento estaban aparcados un avión T-28 y un F4U-5 (Corsario) de la FAH, este último símbolo de la aviación hondureña, con el que el entonces capitán Fernando Soto (ya fallecido), derribó tres aeronaves salvadoreñas en un mismo día.

Mendoza Garay, quien pilotó un T-28 que era de entrenamiento, considera que en 1969 «El Salvador vio la debilidad del sistema político-militar y económico que tenía Honduras en ese tiempo y aprovechó la oportunidad de llevar a cabo sus planes expansionistas, para reducir a Honduras a un apéndice o satélite suyo».

La guerra entre los dos países centroamericanos globalmente dejó alrededor de 5.000 muertos, según diversas fuentes, además de distanciarlos durante once años y romper con el Mercado Común Centroamericano que venían impulsando desde a inicios del decenio de los 60 del siglo pasado.

Las hostilidades cesaron el 18 de julio de 1969 con la mediación de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Erróneamente el conflicto armado fue conocido en el mundo como «La guerra del fútbol», porque se produjo pocos días después de una eliminatoria entre los dos países para el Mundial de México 1970, al que clasificó El Salvador.