Tucson (AZ) – Familiares de los inmigrantes detenidos en fábrica de Texas este último miércoles durante una redada de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) buscan ayuda legal «desesperadamente» y temen que Inmigración pueda ir hasta sus hogares, según afirmaron activistas a Efe.
«Esta mañana ya hemos realizado entre 12 y 15 consultas legales con familiares de personas detenidas; sabemos que algunas mujeres ya fueron liberadas, pero hasta el momento ningún hombre», dijo Félix Villalobos, abogado con la ONG RAICES.
Villalobos indicó que ICE comenzó a liberar a varias mujeres desde anoche después de ser entrevistadas, y sospecha que muchas de ellas firmaron documentos sin saber exactamente lo que firmaban, debido a que no entienden inglés.
«Esto es una preocupación, ya que este tipo de documentos son utilizados por el Gobierno en cortes de inmigración para demostrar admisión de culpabilidad sobre que la persona se encuentra de manera ilegal en el país», expuso el abogado.
También dijo que, por el momento, a las primeras mujeres liberadas no se les pidió ningún tipo de fianza, aunque al parecer hoy ya les han comenzado a solicitar 5.000 dólares para poder salir.
Agentes de ICE arrestaron ayer 280 trabajadores de una compañía de tecnología en Allen, Texas, en un operativo sorpresa calificado en conferencia de prensa por Katrina Berger, funcionaria de Seguridad Nacional de Dallas, como el mayor que hayan realizado en los últimos 10 años.
Villalobos afirma que han entrevistado a familias afectadas de diferentes nacionalidades, entre ellos ciudadanos de México, Venezuela y Nigeria.
De acuerdo con su indicación, ICE tarda aproximadamente 72 horas en procesar a los detenidos.
«Muchas familias vienen con nosotros esperando noticias de sus familiares, quieren que hagamos algo rápido. Desafortunadamente, si aún no se encuentran dentro del sistema es poco lo que se puede hacer, ni siquiera nos podemos comunicar con ellos», sostuvo Villalobos.
Entre los activistas existe preocupación por aquellos detenidos que en el pasado enfrentaron una orden de deportación, ya que, alegan, lo que está haciendo ICE es simplemente «reactivar» la orden de deportación.
Esto significa que el inmigrante puede ser deportado rápidamente, insistió Villalobos.
«Estas redadas siempre son un duro golpe a la comunidad. Los efectos son muchos, como la separación de hijos y padres. Ahora todos ellos han perdido probablemente su única fuente de ingresos», matizó el jurista de RAICES.
Muchas familias como la de María, una inmigrante que no quiso suministrar a Efe su apellido, tienen mucho miedo de que ICE pueda ir directamente a sus hogares en los próximos días.
«Mi primo fue uno de los detenidos, nos enteramos de la redada porque uno de sus compañeros nos llamó para decirnos que ICE estaba en la fábrica», relató la mujer mexicana.
Las horas siguientes al arresto han sido de gran angustia por no saber sobre el paradero de su primo, quien al parecer fue trasladado a un centro de detenciones.
El temor de que ICE pueda ir a las casas de las familias se basa en que el año pasado, cuando arrestó a 159 trabajadores en otra redada, en Sumner, Texas, los agentes se presentaron en las viviendas, asegura Villalobos.
Por su parte, la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) informó que también quiere asistir a estas familias.
«Estas redadas de terror por parte de ICE en una fábrica donde la mayoría de los trabajadores son mujeres es trágica e innecesaria», dijo Domingo García, presidente nacional de LULAC en un comunicado de prensa.
«Todo lo que estaban haciendo cuando agentes de ICE se abalanzaron contra ellos con armas y sus placas era estar parados en una línea de ensamblado de (teléfonos) celulares. Esta redada es un síntoma más de que el sistema migratorio está roto y de que necesitamos una reforma migratorio comprensiva ahora», agregó García.
Otra organización que también condenó el operativo fue UnidosUs, al calificar la redada como un ejemplo más de que la administración Trump no se está enfocando en los verdades problemas de seguridad nacional, sino en separar a las familias.
«Estas tácticas de deportación se centran en familias trabajadoras. Muchos de los inmigrantes detenidos son padres de niños ciudadanos de los EE.UU y tienen vínculos profundos con la comunidad», afirmó Carlos Guevara, asesor principal de política de UnidosUs, organización conocida anteriormente como Concilio Nacional de la Raza (NCLR).
Un reciente estudio de UnidosUs indica que las prácticas de deportación de la actual Administración podrían afectar a casi 6 millones de niños, al poner en peligro su salud y bienestar, así como sus logros educativos y su perspectiva económica.