Migrantes centroamericanos son impedidos de avanzar por la policía mexicana luego de haberse internado a territorio mexicano, este jueves en la zona fronteriza del estado de Chiapas. EFE/Juan Manuel Blanco

Frontera Hidalgo (México) – Más de 200 miembros de la Guardia Nacional mexicana detuvieron este jueves el avance de miles de centroamericanos de la caravana migrante que cruzaron de forma irregular el río Suchiate, que divide a Guatemala del suroriental estado mexicano de Chiapas.

La persecución de este cuerpo militar-policial, que incluso ha rociado con gases lacrimógenos a los migrantes, ocurrió en la carretera del municipio de Frontera Hidalgo y aconteció tras romperse el diálogo entre los centroamericanos y las autoridades mexicanas.

Al lugar han llegado autobuses del Instituto Nacional de Migración (INM) para llevarse a cientos de migrantes detenidos a centros migratorios como la estación migratoria Siglo XXI, ubicada en la ciudad de Tapachula (Chiapas).

Miles de migrantes, en su mayoría de Honduras, cruzaron irregularmente este jueves el río Suchiate y de manera sorpresiva ante la ausencia de autoridades, conformando un sustancial contingente que llegó a adentrarse varios kilómetros dentro de México.

Los migrantes habían ofrecido apenas unas horas antes caminar en orden y solicitar de manera formal su asilo en México, como en un principio ofreció el presidente, Andrés Manuel López Obrador, así como trabajo en la zona.

Además, los migrantes pedían obtener libre tránsito al menos en Chiapas y así evadir la agresión de la Guardia Nacional, que este lunes frustró su primer intento de ingresar a México.

Sin embargo, la tensión escaló cuando los migrantes y algunos activistas que los acompañan confrontaron a funcionarios de la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (Comar) y del INM para que respondieran a las 2.000 solicitudes de asilo formuladas por la caravana en días recientes.

Aún no se precisa el número exacto de migrantes capturados, pero se estima que la caravana se dividió entre quienes resultaron detenidos, quienes escaparon a la selva de Chiapas y quienes se entregaron ante la impotencia de afrontar a los elementos de seguridad.

Apenas el lunes, entre 500 y 1.000 migrantes de la primera caravana de 2020, que sumó hasta 5.000 personas, cruzaron corriendo el río Suchiate junto al puente Rodolfo Robles, que divide a Guatemala de México, donde miembros de la Guardia Nacional mexicana detuvieron a 402 centroamericanos.

Otros 40 volvieron por su cuenta a Guatemala y 58 se internaron por la selva, además de un total acumulado de otros 679 hondureños deportados vía aérea por Villahermosa, Tabasco, y vía terrestre por Tapachula.

El INM informó este miércoles que en un solo día se habían interceptado a más de 2.000 migrantes en los estados de Chiapas y de Tabasco, fronterizos con Guatemala.

Hasta ahora, el INM no se ha pronunciado por los hechos de este jueves.