Tegucigalpa – Con 24 casos registrados este año, Honduras acumula más de 800 personas que han sufrido algún tipo de mutilación mientras intentaban abordar o descender del tren de carga que recorre el territorio mexicano de sur a norte, conocido como “La Bestia”.

-La Bestia es una desesperada opción que toman los migrantes para acortar camino en su intento por llegar a EEUU.

-Deshidratados, con hambre y sin dormir bien, los migrantes arriesgan su vida cada vez que deciden viajar en La Bestia.

Así lo confirmó a Departamento 19, sor Lidia Mara Silva de Souza, coordinadora de la Pastoral de Movilidad Humana, quien también forma parte de la Comisión Nacional de Apoyo a Migrantes Retornados con Discapacidad (Conamiredis).

Explicó que estos casos acumulados datan desde el año 2009, cuando inició con este registro Conamiredis, no obstante, existen varios casos no han sido registrados años anteriores.

Reveló que este año suman 24 los connacionales que han sufrido algún tipo de mutilación por La Bestia, uno de los sistemas de transporte de migrantes que se ha reactivado en los últimos meses a causa de la desesperación de los mismos luego de permanecer varios meses varados en suelo mexicano.

Procesos irregulares

Para la religiosa los procesos irregulares de repatriación de migrantes es lo que más les preocupa,  ya que existen muchas irregularidades que atentan con la integridad de los migrantes.

“Hemos identificados muchas irregularidades en los proceso de repatriación, hay migrantes que no están en condición de ser repatriados todavía ya que tienen sus heridas abiertas o no están en condiciones de salud física ni mental para este proceso”, señaló.

En ese sentido, detalló que registran muchos casos en los que apenas el migrante es deportado debe ser ingresado a un centro asistencial medico en Honduras.

“Una de las preocupaciones más grandes nuestras sigue siendo que en México no se está dando el debido proceso, tanto para las amputaciones como para las repatriaciones”, denunció.

Al respecto, arguyó que existen casos en los que no era necesario hacer una amputación pero por no tener recursos suficientes para el tratamiento de la herida, los médicos realizaron la amputación.

En cuanto a los retos que enfrentan los migrantes retornados con discapacidad -dijo- son múltiples, desde el proceso de aceptación hasta lograr una plaza laboral en Honduras.

Sistema de salud, principal barrera

Por su parte, Carmen Bonilla, psicóloga de la Pastoral de la Movilidad Humana, indicó a este medio de comunicación que el actual sistema de salud es la principal barrera para una persona que retorna con discapacidad a Honduras.

“Al momento del retorno claramente son muchas las barreras a las que se enfrenta, empezando por el sistema de salud ya que no existe una línea a de atención para el migrante que retorna con una discapacidad”, declaró.

En se sentido, explicó que el tema de rehabilitación física se vuelve complejo para los migrantes que retornan con discapacidad luego de haber sufrido un accidente durante la travesía.

“Nuestro sistema sanitario no está listo para esto”, puntualizó al tiempo que detalló que a nivel de salud mental también existen múltiples desafíos que enfrentan tanto los migrantes como sus familiares.

Tiempo de recuperación

 En cuanto al tiempo de recuperación -acotó- que puede variar dependiendo cada caso, habrá quien requiera de un año, así quien dure toda la vida en este proceso.

“El tiempo puede variar mucho, ya que cada persona es diferente y los mecanismo de enfrentamiento que cada uno presenta es diferente también”, externó.

 Al respecto, precisó que pueden pasar años y la persona aún seguirá aprendiendo a vivir con una discapacidad.

En cuanto a grupo de edades detalló que son los jóvenes quienes asimilan de peor manera un trauma de una discapacidad ya que están aprendiendo a vivir y ven truncado sus planes a futuro.

Un viaje peligroso

Viajar en el lomo de La Bestia es la opción más rápida y barata de cruzar México hacia Estados Unidos, pero también la más insegura y mortal, ya que también ha cobrado la vida no solamente de hondureños, sino de decenas de centroamericanos.

El coloso recorre miles de kilómetros desde el sur de México hasta la frontera estadounidense. En su lomo carga cada año a miles de indocumentados que comparten el mismo anhelo: vivir el denominado “sueño americano”.

Desde 2014 su uso por parte de los migrante tuvo una pausa pero en este 2019, a causa de la desesperación tras varios meses varados, se ha reactivado como medio de transporte irregular de migrantes.

Aunque la mayoría de accidentes se registra al momento de abordar o descender del tren, el riesgo se incrementa cuando permanecen sobre su lomo y los migrantes son vencidos por el sueño y caen entre los rieles del ferrocarril. Es allí que sus sueños se transforman en pesadillas.