Vista general de un centro comercial con escasos visitantes este miércoles, en Tegucigalpa (Honduras). EFE/Germán Reyes

Tegucigalpa – Honduras cumple este jueves tres meses de pandemia de COVID-19 que han sido marcados por una avalancha de muertos y contagios, la más alta el miércoles, mientras los hospitales públicos cada vez reciben más enfermos y el país inició esta semana una gradual y riesgosa reapertura económica.

Según el Gobierno, los hospitales públicos todavía no llegan al colapso por falta de camas, lo que sí está a punto de ocurrir, al menos en los nosocomios del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), de las ciudades más importantes, San Pedro Sula, en el norte del país, y Tegucigalpa, la capital, en el centro.

Ambas ciudades, las más pobladas de Honduras, país con 9,3 millones de habitantes, son los principales epicentros de la pandemia, cuyos primeros dos contagios fueron confirmados el 11 de marzo, en dos mujeres hondureñas procedentes de España y Suiza.

AVALANCHA DE ENFERMOS EN HOSPITALES

César Henríquez, jefe de la Sala de Emergencias de uno de los dos hospitales del Seguro Social en Tegucigalpa, dijo este jueves a periodistas que a diario están recibiendo de 300 a 400 enfermos asintomáticos, aunque no todos quedan ingresados.

Agregó que en las primeras horas de este jueves había 57 pacientes en emergencia, cuya sala solamente dispone de 32 camas, y que muchos de los enfermos regresan a su casa diagnosticados con neumonía u otras enfermedades como diabetes. Algunos de los pacientes son atendidos en camillas o sillas de rueda.

El director del IHSS, Oscar Gerardo Barahona, señaló que en Tegucigalpa la capacidad de los hospitales de la institución está entre el 95 y 97 por ciento, pero que se están abriendo nuevas salas, sin descuidar a otros pacientes con diferentes enfermedades, y los casos mujeres embarazadas que van a dar a luz.

Barahona señaló, además, que de seguir aumentando el número de pacientes, abrirán otro espacio en una clínica periférica del IHSS.

SITUACIÓN EN EL NORTE DEL PAÍS

El presidente de la Asociación de Médicos del IHSS en San Pedro Sula, Carlos Umaña, indicó a periodistas que la pandemia en el país está llegando a la inevitable «fase cinco», en la que los hospitales colapsan por tantos pacientes contagiados.

Umaña resaltó que con cientos de nuevos casos diarios de contagiados, «estamos a un paso de la fase cinco», y reiteró el llamamiento a la población a que no salga de su casa, porque esa es la forma de evitar que la propagación del COVID-19 siga en aumento, como se ha visto en los últimos días.

La magnitud de la pandemia en Honduras hasta ahora se desconoce, por lo lento que ha sido el registro de contagios, que durante varias semanas no superaba las 300 pruebas diarias. A partir de mayo las pruebas de laboratorio PCR oscilaron entre 400 y 600.

Para hacer más pruebas diarias, al Laboratorio Nacional de Virología, en mayo se sumaron dos laboratorios privados.

El registro más alto de contagios y muertos se dio el miércoles, cuando el estatal Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager) indicó que, de 1.129 nuevas pruebas de laboratorio, 425 dieron positivo, mientras que los muertos sumaron 19.

Con los últimos 19 muertos, la cifra a nivel nacional ascendió a 290, en tanto con los 425 nuevos contagios, los casos aumentaron a 7.360, la mayoría distribuidos en el departamento de Cortés, norte, donde se localiza San Pedro Sula, y en Francisco Morazán, que abarca a Tegucigalpa.

INSTALACIONES EN APOYO A HOSPITALES

Ante el incremento de contagios con COVID-19, instituciones públicas y privadas de San Pedro Sula y Tegucigalpa han puesto a disposición de los hospitales del Estado espacios en los que se han instalado camas y, en algunos, ya comenzaron a recibir pacientes.

En Tegucigalpa, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah) ha cedido un espacio de su Palacio de los Deportes, mientras que en San Pedro Sula la alcaldía abrió un gimnasio municipal, que se suma a otra área ofrecida por la empresa privada, conocido como Expocentro.

La ciudad de San Pedro Sula, la de mayor crecimiento comercial e industrial de Honduras, con un millón de habitantes, dispone de dos hospitales públicos y uno del Seguro Social.

En Tegucigalpa, con un 1,5 millones de habitantes, funcionan cuatro hospitales públicos y dos del Seguro Social, a los que se suman varios privados, al igual que en San Pedro Sula, que están llegando a su capacidad máxima, según fuentes médicas.

El coronavirus ha desnudado nuevamente el precario sistema sanitario de Honduras, donde la salud, a lo largo de la historia del país, lo mismo que la educación, nunca ha sido una prioridad de los gobernantes.

REACTIVACIÓN ECONÓMICA

A tres meses de un confinamiento forzado por la pandemia y ante un reclamo generalizado al Gobierno por parte de la economía formal e informal, el país inició el lunes una gradual reactivación económica que, según la opinión de médicos, supone un alto riesgo, porque aumentarán los contagios con COVID-19.

La reapertura económica ha tenido mucha movilidad en algunos sectores y poca o nula en otros, como en varios negocios de centros comerciales, que hasta hoy continuaban cerrados al público, lo que ha constatado Efe.

Según fuentes del sector privado, alrededor de un millón de puestos de trabajo se habrían perdido durante lo que va de la pandemia, por lo que la reapertura económica era necesaria.

Además de los múltiples problemas causados por el COVID-19 en todos los sectores, la pandemia no ha sido manejada de la mejor forma por el Gobierno, aseguran médicos que están al frente de los hospitales públicos, porque se sigue careciendo de muchos insumos y equipo, pese a los miles de millones de lempiras invertidos.

Diversos sectores han denunciado, además, que se habría incurrido en actos de corrupción en muchas de las compras que ha hecho el Gobierno, lo que ha sido rechazado por fuentes oficiales, que admiten que ha habido errores durante la emergencia, aduciendo que el país no estaba preparado para una crisis como la actual.

En algunos hospitales tienen problemas para suministrar oxigeno a los pacientes, no por la falta del mismo, sino de manómetros y flujómetros, que son básicos.

Profesionales de la medicina prevén que, una mayor magnitud de la pandemia de COVID-19, se estará viendo luego de las primeras dos semanas de la reactivación económica, en un país donde también son muchos, al parecer por indiferencia, que salen a la calle sin llevar puesta una mascarilla, aunque ahora sea obligatorio.