Tegucigalpa – La Iglesia Católica de Honduras reprochó la vanagloria en el IV domingo de Cuaresma en el camino hacia la Semana Santa.

Así lo señaló el arzobispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher, en la homilía dominical donde apuntó que el pecado más peligroso es la vanidad y más si es espiritual.

Recordó que la iglesia vive el tiempo de Cuaresma, hoy ya es el cuarto domingo de este tiempo de preparación y propicio para renovar la fe.

Somos pecadores y Jesús lo sabe, pero no se avergüenza de nosotros. El demonio nos hace sentirnos apenados de nosotros mismos y tener miedo de la verdad.

En ese sentido, reflexionó que muchos huyen de la luz y prefieren la oscuridad, pero en este tiempo pueden renovar la fe y buscar la reconciliación con Jesús.

“La palabra de Dios es la luz segura para guiarnos a través del desierto a la libertad”, enfatizó.

Pidamos al Señor que nos inspire en este tiempo penitencial para que iluminados por él podamos volver del desierto del pecado a la casa del Padre, ese es el camino que se recorre en comunidad movidos por su espíritu, cerró.

A continuación Departamento 19  reproduce la lectura del día tomada del santo evangelio según san Juan (3,14-21):

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.»