Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – Mientras el reloj avanza hacia el 30 de abril, menos de una semana, fecha límite para anunciar el nuevo salario mínimo, obreros y empresarios se mantienen enzarzados sobre los efectos que tendrá un incremento en los ingresos de los trabajadores en la economía nacional.
– El salario mínimo promedio es de 10,022 lempiras, pero la muerte de empresas se mantiene debido a la caída de la economía.
De un lado se continúan anunciando más muertes de empresas, al menos las formalizadas, de parte gubernamental, así como del sector privado, que destaca que la economía todavía está afectada por la pandemia y los efectos de las tormentas tropicales Eta e Iota.
Lo anterior se ve corroborado por las cifras oficiales, ya que el primer bimestre, el Banco Central de Honduras reportó que la economía registró caídas en los meses de enero (-6.3%) y febrero (-4.7%).
De manera que los empresarios han planteado que se encuentran en el dilema de afrontar la posible alza al salario mínimo y tener que despedir trabajadores o mantener las plantillas laborales y dejar el ingreso tal como está, al menos en el sector de la micro, pequeña y mediana empresa.
Actualmente el promedio del salario mínimo es de 10,022 lempiras al mes, 334 lempiras diarios. Honduras maneja una tabla sobre dicho salario que se fija en relación a la actividad económica y el número de trabajadores de las empresas.
De ahí que las partes activas en las negociaciones, trabajadores y empresarios, se encuentren estancadas en sus posiciones. En caso de que se llegue al 30 de abril sin acuerdo, le tocará al gobierno definir la nueva tabla de salario mínimo para el actual 2021.
Incertidumbre
Un ajuste salarial a los trabajadores del sector privado de la economía ha generado incertidumbre, especialmente de saber sí las empresas, podrán cumplir un aumento del salario mínimo.
Los empresarios han reiterado que la crisis sanitaria de la COVID-19 y los daños de las tormentas de Eta e Iota causaron que la situación económica del país se haya deteriorado y haya generado cierre de empresas, despidos y migración de connacionales en búsqueda de un mejor futuro.
Bajo ese contexto, argumentan que las empresas no están en condiciones de cumplir un aumento en el salario mínimo, en especial, el micro, mediano y pequeña empresa (Mipymes).
Mientras que los dirigentes obreros exigen un aumento digno para cubrir los incrementos en los gastos y tener una mayor capacidad adquisitiva.
Contratiempo
Transcurre el cuarto mes del año, el sector privado y los obreros no logran alcanzar un acuerdo y el plazo vence el 30 de abril, sino el gobierno será el encargado de anunciar el nuevo ajuste salarial.
El propio gobierno, a través del ministro de Trabajo, Olvin Villalobos, reafirmó su confianza que tanto el sector privado como obrero podrán llegar a un acuerdo sin requerir la intervención del Poder Ejecutivo.
Por su parte, empresarios como Jorge Abudoj imploró a ambas partes que lleguen a acuerdos en la mesa de negociación y que la decisión no quede en manos del gobierno.
Mientras que el sector obrero reconoció que el proceso de negociación está empantanado, pero que la decisión no debe quedar en manos del Poder Ejecutivo y llamó a retomar de forma inmediata las reuniones entre las tres partes.
La última reunión ocurrió antes de Semana Santa, sin embargo, las tres partes no han vuelto a realizar una nueva convocatoria para seguir y avanzar con las negociaciones.
La problemática es en el porcentaje del ajuste salarial, el sector obrero propuso un aumento del 4.1 %, que fue el índice de inflación en 2020, según datos del Banco Central de Honduras (BCH).
Mientras que la iniciativa privada planteó que las empresas que tengan de 1 a 50 empleados no paguen ajuste salarial, de 51 a 50 el 1 % de aumento, de 151 en adelante le otorguen un aumento de 4.1 %.
Mantener los empleos vigentes y recuperar los perdidos
El director de la Cámara de Comercio e Industria de Tegucigalpa (CCIT), Rafael Medina, sostuvo que la postura de las empresas es mantener los empleos actuales y recuperar los que se perdieron el año anterior.
“No tenemos capacidad para pagar ajustes altos o revisiones importantes en cuanto al porcentaje del salario mínimo”, alegó.
El encargado del sector privado en las mesas de negociación del salario mínimo expresó que espera la respuesta del sector obrero sobre la propuesta de las empresas.
Detalló que el estancamiento en las negociaciones es por los porcentajes y la temporalidad.
Medina remarcó que las propuestas sean realistas, sensatas y concretas a los trabajadores.
Citó datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que 150 mil empleos formales se perdieron en 2020.
Las Mipymes no están en condiciones de pagar un aumento
A criterio dirigente del micro, pequeño y mediana empresa, Efraín Rodríguez, las Mipymes no tienen las condiciones de pagar un aumento del salario mínimo, al mismo tiempo, propuso que para 2021 se mantengan las mismas cantidades.
“Actualmente, nuestra prioridad como sector es sostener los empleos y las empresas que están operando, ahorita no se está dando las condiciones a nivel del micro, pequeño y mediana empresa para generar incrementos en el salario mínimo”, dijo en conversación con Proceso Digital.
El miembro de la Asociación Nacional de Medianos y Pequeños Industriales de Honduras (Anmpih), propuso que para el presente año se mantengan las mismas cifras en el pago del salario mínimo.
Argumentó que la intención es que las empresas avancen y contribuyan en la recuperación económica del país.
Opinó que la situación económica actual del país no genera suficientes ingresos en las empresas, que buscan esfuerzos para que la tasa de desempleo no ascienda.
Rodríguez manifestó que la única solución es la aplicación de vacunas para que haya más apertura en las actividades económicas.
De aumentarse, las Mipymes incumplirán
Recordó que en la administración de Manuel Zelaya Rosales (2006-junio de 2009), ocurrió un aumento del 60%, abrió una brecha entre capacidad de pago de las Mipymes con el salario mínimo.
A partir de esa fecha, solo el 30 % del micro, mediano y pequeño que están formalizadas han podido cumplir con el pago del salario mínimo en los últimos años, señaló.
Rodríguez indicó que desde el 2008, la micro, mediana y pequeña empresa le dificulta cumplir el ajuste salarial y buscan llegar a acuerdos con sus colaboradores en base a las capacidades reales de la empresa.
Advirtió que, de aumentarse el pago del salario mínimo, las Mipymes del sector informal de la economía no podrán cumplir el ajuste salarial y descartó que haya despidos.
Por otro lado, exhortó al gobierno y a las empresas a estabilizar el precio de los productos a servicios como la tarifa eléctrica.
Sugirió que la tarifa eléctrica no sea revisada de manera trimestral, sino estabilizar el precio del servicio y evitar que la capacidad adquisitiva de los ciudadanos continúe disminuyendo.
Un incremento en el salario mínimo es una fantasía matemática, si se incrementa un 6 %, solamente el 20 % del sector laboral son beneficiados. El porcentaje que le incrementan viene siendo menor al incremento de los costos de los productos, arguyó.
Trabajadores gastan más y consumen menos
El dirigente obrero José Luis Baquedano apuntó que los trabajadores a causa de la pandemia empezaron a gastar en equipos de bioseguridad para ellos y sus parientes, teléfonos inteligentes e internet para la educación en línea.
Baquedano comentó a Proceso Digital que llevan un mes que no han sido convocados por la Secretaría de Trabajo y la expectativa es saber si las empresas mantendrán la misma postura que han manifestado desde el inicio de la mesa tripartita.
En caso que los representantes de la iniciativa privada mantengan su postura de no otorgar un alto porcentaje en el aumento al salario mínimo, -dijo, – “dependiendo eso, tendríamos que retirarnos porque no tiene sentido estar perdiendo tiempo de este proceso tan agotador, sin resultados positivos, y dejarlo en manos de políticos”, advirtió el dirigente de la Federación Independiente de Trabajadores de Honduras (FITH).
“Estamos viendo ese éxodo masivo de hondureños que huyen con sus hijos del país, buscando una oportunidad en Estados Unidos, que no la encuentran y no es fácil la entrada”, puntualizó Baquedano.