Omoa, Cortés – Un joven no hondureño no identificado se suicidó en la región fronteriza de Omoa, Cortés, ante la frustración de no poder realizarse una prueba para detectar el COVID-19, requerida en el pasó fronterizo, informaron medios de prensa local.
El joven que viajaba indocumentado rumbo a los Estados Unidos apenas llevaba una ínfima cantidad de dinero que le impedía pagar el valor de la prueba ante el apremio de continuar en su ruta rumbo al norte del continente.
Una mujer que vende comida en el sector dijo a los periodistas que transmitieron la historia, que el joven pidió una baleada (tortilla de harina con frijoles) y que le comentó que no estaba dispuesto a retornar a su lugar de origen ya que su mira estaba puesta en conquistar el llamado “sueño americano”.
Los medios de prensa que transmitían la información dijeron que a la zona ya se había hecho presente un equipo de medicina forense, pero no brindaron mayores detalles al respecto.
En la zona fronteriza entre Omoa y Corinto, paso hacia Guatemala funciona un puesto de control recién inaugurado por el gobierno hondureño debido a que el tránsito de personas que salen del país rumbo a los EE. UU. es nutrido y se estima que circulan cientos de personas diariamente.
Los hondureños constituyen uno de los países de la región con mayor emigración irregular, marcada por causas estructurales como la inequidad, falta de oportunidades, violencia y corrupción. (PD)