Pete Ricketts, Gobernador de Nebraska. EFE/EPA/CHRIS KLEPONIS / POOL/Archivo

Denver (CO) – Los indocumentados que trabajen en los frigoríficos de Nebraska sólo recibirán las vacunas contra el coronavirus una vez que los ciudadanos y los residentes legales las hayan recibido, o no serán incluidos en absoluto, afirmó el gobernador de este estado, el republicano Pete Ricketts.

«Yo no espero que los inmigrantes ilegales sean parte de las vacunas», señaló esta semana el gobernador.

La declaración ha suscitado una ola de rechazo de organizaciones civiles y congresistas, habida cuenta del alto número de contagios registrados en esas instalaciones, en donde la mayoría de sus trabajadores son latinos.

La congresista Alexandria Ocasio-Cortez, demócrata por Nueva York, calificó de «racista» a Ricketts: «Imagínense ser tan racista que alguien se esfuerza para asegurarse de que las persona que le preparan ‘su’ comida no sean vacunadas», señaló la legisladora en su cuenta de Twitter.

Este miércoles, en rueda de prensa, Ricketts calificó a la congresista de «activista de izquierda» y dijo que a ella «no le importa Nebraska ni el pueblo de Nebraska».

Aludió así al llamado al proyecto del «Nuevo Acuerdo Verde» impulsado entre otros por Ocasio-Cortez y que, en opinión de Ricketts, de haber sido implementado «hubiese destruido la industria del ganado» local.

Ricketts matizó hoy que el personal sanitario de Nebraska no verificará la situación migratoria de quienes vayan a recibir la vacuna en las plantas cárnicas, porque «eso ya se debe haber verificado en el momento del empleo».

Las declaraciones del gobernador han merecido también el rechazo de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), cuyo presidente, Domingo García, le recordó a Ricketts que la covid-19 «no pregunta sobre el estatus legal y no le importa la política de un estado».

«Beneficia a todos los residentes que todas y cada una de las personas en una planta empacadora de carne sean vacunadas y también a sus familias. Es lo cristiano y, desde el punto de vista médico, lo correcto», agregó.

Asu turno, James Goddard, de la organización Nebraska Appleseed, aseveró que la actitud de Ricketts es «inhumana y alarmante», y sostuvo que el gobernador carece de la autoridad para limitar la distribución de la vacuna entre esos trabajadores esenciales.

En Nebraska, los empleados de empacadoras de carne representan el 20 % de los 171.000 contagios de COVID-19, un índice de contagio 15 veces superior al promedio estatal, según cifras oficiales.

Un reporte del Instituto de Políticas Migratorias revela que los inmigrantes representan el 40 % de los 470.000 empleados de frigoríficos en Estados Unidos, con la mayor concentración de inmigrantes en Nebraska, donde los nacidos en el extranjero son el 66 % de la fuerza laboral en esas plantas industriales.