Fotografía cedida por Comunidades Organizadas Contra Deportaciones (OCAD) de Chicago donde aparece el joven beneficiario de la Acción Diferida (DACA), Jesús Alberto López, de 24 años, mientras posa junto a su madre, Lourdes Gutierrez. EFE/ OCAD Chicago

Chicago (IL) – La comida que más extrañó Jesús Alberto López Gutiérrez, un beneficiario del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) que estuvo nueve meses en prisión, fueron los tacos al pastor y los chilaquiles que le preparaba su mamá en el barrio West Elsdon en Chicago.

«En lo relativo a la comida lo que más extrañaba eran los taquitos al pastor y los chilaquiles que me prepara mi mamá en casa», dijo a Efe López, quien ahora podrá hacer solicitud para renovar sus privilegios de estadía en el país bajo DACA.

Beto, como se le conoce, se presentó este martes en una conferencia de prensa en el barrio La Villita para celebrar su libertad bajo fianza de un centro de detención en el sur del estado de Minnesota. A su lado estuvo su abogado Wally Hilke, de la firma Beyond Legal Aid, uno de dos letrados que lograron salvarlo de su detención este pasado fin de semana.

Hilke dijo que aunque López ya esta libre, la lucha por resolver su caso en concreto continúa.

Los agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), dijo Hilke, aún planean proseguir con el proceso de deportación contra el joven de 24 años.

Aparte de eso, afirmó Hilke, continúa en las cortes federales una demanda entablada por López alegando que le violaron sus derechos al ser entregado a los agentes del ICE después que la policía lo detuvo a él y a sus amigos por una supuesta violación de tránsito cerca del poblado de Marshalltown, Iowa, el 19 de mayo del año pasado.

Beto y sus amigos venían de regreso a Chicago de un viaje de acampada en el estado de Colorado cuando la policía los detuvo cerca de Marshalltown alegando una supuesta violación a los límites de velocidad.

Hilke dijo a Efe que el joven no venía manejando pero que fue entregado a los agentes de inmigración y desde su detención el joven, nacido en la ciudad mexicana de Guadalajara y que vino a este país a la edad de nueve años con sus padres, pasó tiempo en cuatro centros de detención, incluyendo uno en Kansas.

El abogado recalcó que las personas beneficiarias de DACA, conocidas como «soñadores», mantienen protección contra detención y deportación a pesar que el permiso de DACA haya vencido.

A respuesta a una pregunta de Efe sobre lo que les diría a los policías que lo entregaron al ICE, Jesús Alberto dijo que les recomendaría que entiendan bien las leyes de inmigración ya que él estaba amparado por DACA, que a pesar de haber sido cancelado por la Administración de Donald Trump, aún está vigente pues las cortes aún no han dado su veredicto sobre este programa.

«Ellos violaron sus propias leyes», dijo el joven a Efe esta mañana durante la conferencia de prensa.

Agregó que daba las gracias a la comunidad hispana de Chicago y de otras partes que lograron poner presión en las cortes para que pudiera salir y estar de nuevo en su casa en Chicago.

Gabriela Márquez Benítez, del grupo Comunidades Organizadas Contra las Deportaciones, dijo a los medios que la libertad del joven y su regreso a Chicago fue un esfuerzo en común de mucha gente.

«Lo pudimos traer a casa por la comunidad que se organizó, la comunidad que presionó, y esto lo hicimos a través de llamadas, a través de peticiones, a través de recaudación de fondos y de viajes largos a las citas de corte», finalizó Márquez.